Cerca de las 11 de la mañana de este martes, el ex presidente de Bolivia, Evo Morales aterrizó en el Hangar del Sexto Grupo Aéreo del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, antiguo hangar presidencial.
Acompañado del ex vicepresidente, Álvaro García Linera, y su ministra de Salud, Gabriela Montaño, bajó del avión de la Fuerza Aérea Mexicana, y fue recibido por el canciller Marcelo Ebrard, acto seguido, dirigió un mensaje a medios, en el que sus primeras palabras fueron de gratitud al Gobierno de México porque le ‘salvó la vida’.
Al presidente dimitido se le vio un poco cansado, y durante su corta intervención de ocho minutos, aseguró que el pasado 9 noviembre un militar recibió una oferta de 50 mil dólares a cambio de entregarlo. “Un miembro del equipo de seguridad del ejército, me informó”, dijo.
Lamentó que sea delito o pecado, la lucha antiimperialista y ser indígena e insistió que este golpe de Estado no lo detendrá de seguir en la política, y que mientras tenga vida seguirá en esta.
“Seguimos en política, sigue la lucha, y estamos seguros que los pueblos tienen todo el derecho de liberarse. Pensé que habíamos terminado con la opresión, la discriminación, la humillación, pero surgen otros grupos que no respetan la vida y menos a la patria”, expresó.
Tras su mensaje, el ejecutivo depuesto de Bolivia, de inmediato hizo sus trámites migratorios para legalizar su estadía en México, para luego ser trasladado en un helicóptero modelo Cougar del Ejército mexicano, sin que su destino haya sido revelado por razones de seguridad.