Más de 34 años después del asesinato del primer ministro de Suecia, Olof Palme, el fiscal encargado del caso, Krister Petersson, señaló que se considera a Stig Engstrom como el principal sospechoso.
“Pero como está muerto, no puedo entablar un proceso ni interrogarlo, por lo que he decidido archivar el caso”, declaró Petersson en una conferencia de prensa virtual.
Es Stig Engström , un diseñador gráfico que murió hace 20 años. Trabajaba en la compañía de seguros Skandia, cuyas oficinas centrales están ubicadas cerca del lugar del crimen y quien fue uno de los 20 testigos del homicidio.
Petersson subrayó que los ideales políticos de Engstrom podrían ser una razón para querer la muerte de Palme, gran orador y crítico feroz contra la guerra de Estados Unidos en Vietnam y la energía nuclear, que además apoyó a los comunistas de Cuba y Nicaragua. La investigación podría reabrirse en caso de que aparecieran nuevas pruebas en el futuro.
Cualquiera que haya sido su presunta implicación se llevó el secreto a la tumba pues Engstrom se suicidó en el año 2000. “Debido a que la persona está muerta, no puedo presentar cargos en su contra y he decidido cerrar la investigación”, dijo el fiscal.
A Olof Palme lo mataron mientras caminaba por la calle más transitada de Estocolmo. Era un viernes por la noche y ostentaba el cargo de primer ministro de Suecia.
Acababa de salir de un cine junto a su esposa Lisbet. La pareja no estaba acompañada por guardaespaldas pues Palme insistía en llevar una vida lo más normal posible por lo que esa noche, al igual que en muchas otras ocasiones, había prescindido de la protección policial.
Concluida la función, el matrimonio caminaba de regreso a casa cuando a las 23:21 horas un hombre se les acercó por detrás, disparó varios tiros por la espalda a quemarropa antes de empezar a correr y desaparecer por una de las calles adyacentes. El primer ministro cayó al suelo fulminado al instante, reseña la BBC Mundo.
Durante las investigaciones tras su muerte las autoridades realizaron unos 10 mil interrogatorios; se investigaron más de 4 mil vehículos, y 134 personas han confesado haber cometido el asesinato, incluyendo 29 directamente a la policía.
Además, el homicidio de Palme tuvo gran repercusión pues, más allá de las condiciones trágicas en las que murió, este primer ministro sueco había dejado un legado tanto por sus políticas progresistas como por sus valientes posturas en política exterior, ya que en plena Guerra Fría se atrevía a plantar cara tanto a Estados Unidos como a la Unión Soviética.