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Consejo de Promoción Turística: hoyo negro de la corrupción

Piense en esta cantidad: 47.4 millones de dólares e imagine que los perdió, o mejor busque qué hubiera podido hacer con ella en lo personal o en lo social. ¡Solo imagine! Este ejercicio es necesario para la siguiente historia.

Hay quien piensa que conforme pasa el tiempo la realidad se olvida, se diluye, pierde valor o deja de existir. Nada más absurdo, los sucesos siguen ahí, inmóviles, intactos, se pueden analizar, pero nunca cambiar; no se destruyen ni mucho menos desaparecer.

Esta reflexión aplica para muchos sucesos de hoy en día, cuando observamos en México los primeros pasos para un cambio político que permita mejorar nuestro presente y evitar su repetición en el futuro. Es simple, en México siempre los políticos apostaron al tiempo para que se olvidaran sus delitos (y muchos lo lograron), pero pese a su deseo, no lograrán borrar la realidad de su corrupción; confiaban en que alguien les taparía sus fechorías.

Este mismo principio es aplicable a una de las decisiones más polémicas de la presente administración, la desaparición del Consejo de Promoción Turística de México (CPTM) y la simultánea utilización de su presupuesto para financiar el proyecto del Tren Maya; operación que fue calificada como absurda, desproporcional y sin justificación —porque solo se esgrimió el problema de la corrupción en forma superficial—, todos decían, “que se corrija el problema, que se castigue a los culpables y continúe el CPTM con su trabajo”, pero faltó informar a detalle qué había en el fondo de esa disposición.

Apostaban por la continuidad y el olvido. Pero, ¿Vale la pena traer a discusión un tema ya agotado? Sí, y es muy importante.

Una vez que el mundo en general, y México en particular, salgan de las emergencias provocadas por la pandemia de la COVID-19, habremos de ser muy agresivos en la promoción, tanto nacional como internacional, para volvernos a posicionar como una potencia turística en medio de un mercado donde sus protagonistas lucharán con todo para conquistar los mejores flujos turísticos, tanto por volumen, como por su derrama económica.

Lamentablemente carecemos de muchas cosas, como la falta de liderazgo desde la Secretaría de Turismo, donde su titular, Miguel Torruco Marqués, no acierta a darle rumbo a la política turística; adicionalmente falta un CPTM y operadores que dominen un mercado donde los más fuertes serán los que sobrevivan.

Regresemos un poco; siempre estuvo la idea de sostener al CPTM, sanearlo, mejorarlo y castigar a los corruptos, lamentablemente eso es algo imposible. Para todos está muy claro que el daño que le hicieron a este organismo causó un boquete económico inmenso. Hubo infinidad de malos manejos al interior de la institución, pero me referiré a uno que permanece vivo y que, dicho sea de paso, la Secretaría de Turismo permanece callada ante tal desfalco.

Dicen que para muestra basta un botón.

Primero los detalles.

El 4 de mayo de 2016, la Secretaría de Turismo anunciaba: Proyectará México su imagen en 450 ciudades alrededor del mundo a través del Cirque du Soleil.

Era el comunicado 74 de la dependencia y detallaba que: “Nuestro país posicionará su imagen a través del show “Luzia”, producido por Cirque du Soleil, que evoca su historia y cultura. La puesta en escena es la primera (en la historia de la compañía) inspirada en un país, en este caso, México es el protagonista”. En ese mismo escrito se daba cuenta de los dichos del entonces Secretario de Turismo, Enrique de la Madrid Cordero, quien además precisaba que “Luzia” recorrerá el mundo durante los próximos siete años.

Esto se consideraba —decía el comunicado— como parte de la estrategia del Gobierno de la República para identificar proyectos de alta visibilidad, que contribuyan a la difusión de la riqueza turística mexicana en diversos escenarios mundiales.

A través del CPTM se firmó, en Montreal, Canadá, un convenio con dicha empresa para desarrollar el espectáculo en cuestión. De la Madrid explicaría que la premier mundial iniciaría el miércoles 4 de mayo (2016) ante más de dos mil 500 personas en una carpa instalada en el Puerto de Montreal, Canadá, y concluirá en abril de 2023, con la posibilidad de extender las presentaciones de acuerdo al éxito de la puesta en escena.

Lo más importante, la inversión realizada para este proyecto, que dará visibilidad mundial a México, fue de 47.4 millones de dólares que se saldarán a lo largo de cinco años. Leyó usted bien ¡47.4 millones de dólares! Estará entonces de acuerdo conmigo que no es poca cosa para financiar un espectáculo.

Se dijo que para esta exhibición se creó una evocación del país inspirándose en la identidad mexicana; durante el show, los artistas representarán a personajes y animales trasladando al espectador a un mundo entre sueño y realidad.

Con esto finalizo el boletín de prensa.

Efectivamente, este espectáculo fue entre sueño y realidad. La realidad es que se pagaron 47.4 millones de dólares, pero el espectáculo fue un sueño. ¿O alguien ha visto Luzia? ¿Se ha presentado en las 450 ciudades como se dijo? ¿Cuántas personas lo disfrutaron? ¿Tuvo el efecto deseado? ¿Se pudo medir el beneficio? ¿Dónde y cuándo se presentó el espectáculo? ¿Y la pandemia Pa´?

Aquí entra la Auditoria Superior de la Federación (ASF)

Para 2018, en su segunda entrega de fiscalización, la ASF señaló que el CPTM no realizó los estudios de pertinencia y de efectividad (Pre-test y Post-test) en donde se justificara el motivo por el cual se eligió al Cirque du Soleil para promocionar a México en el extranjero con la cuantificación o evaluación de los beneficios económicos para el país y la cantidad de turistas que se esperaba atraer a México mediante este acuerdo, entre otros aspectos.

El tiempo pasó, hubo cambio de gobierno y nada se hizo al respecto; han transcurrido dos años de la nueva administración y nada se sabe de este asunto, ¿así se va a quedar? ¿No se van a pedir cuentas? ¿Actuará la Fiscalía General de la República?

Con este botón de muestra es imposible defender al CPTM, a los secretarios de Turismo que trabajaron en él, además de los funcionarios del propio Consejo. No hay forma, la corrupción era brutal y por más que pase el tiempo, no podrán cambiar la realidad.

Sin embargo, ¿es necesario un Consejo de Promoción Turística? Sí, pero nuevo, limpio, transparente, que pueda desterrar ese grado de corrupción que tanto lastima a México.

Lo dicho, el tiempo pasa, pero no cambia la realidad.

Hasta la próxima.

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