El pasado domingo policías capitalinos detuvieron en el Centro Histórico a un sujeto de sexo masculino, quien transportaba restos humanos en un “diablito”.
Esta detención se llevó a cabo en la esquina de las calles de República de Chile y Belisario Domínguez, cuando el hombre al percatarse de la presencia de la policía, dejó caer unas bolsas de plástico negras.
Cuando los elementos de la policía se acercaron a analizar el contenido de dichas bolsas, pudieron identificar que al interior de estos contenedores se encontraban restos cercenados.
Sin embargo, el día de ayer se dio a conocer que los restos que transportaba dicho hombre, eran de Yair y Hector, dos menores de 12 y 14 años respectivamente.
Estos niños eran hijos de indígenas mazahuas, y vivían en una vecindad ubicada en San Antonio Pueblo Nuevo, Estado de México.
Yahir y Héctor solían ayudar a sus padres en la venta de dulces, sin embargo tal parece que el último día que estuvieron vivos, los niños estaban buscando el amor en calles del Centro Histórico. Esto debido a que según los mensajes que se encontraron en el celular de Hector, el menor se comunicaba con una joven, quien aparentemente también sostenía un vínculo amoroso con un vendedor de droga.
Aunque la familia de los menores sospechaba que estos habían comenzado a vender droga; la madre de Hector y Yair cree que mataron a sus hijos por la relación con la joven.
De acuerdo con la madre antes de saber el paradero de sus hijos, todos los anuncios que colocaba en las calles para encontrar a los menores eran arrancados.
Cabe señalar que la familia de los niños asesinados, adelantaron que bloquearán calles y se manifestarán para exigir justicia por el crimen.