La demanda del PAN a López-Gatell y las circunstancias del subsecretario

Hay una máxima popular que señala: “todo lo que sube, tiene que bajar”. Pareciera una frase eminentemente asida a la física, pero las circunstancias de la vida nos demuestran que la felicidad, el amor o la popularidad de un personaje, que son conceptos más relativos que la propia gravedad, también tienden a seguir dicha trayectoria.

Tal es el caso del subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, quien a mediados de año era el rockstar de la 4ta Transformación, y hoy ya es simplemente un personaje al que pocos escuchan y hacen caso, cuyo desgaste le ha llevado al grado de recibir una demanda por parte del Partido Acción Nacional, organización que argumenta negligencia en el actuar del funcionario ante el Covid-19, por lo que México ya suma más de 100 mil fallecimientos a causa del virus.

Pero no, el PAN se equivoca y es sencillo explicar porque: la sociedad mexicana en el mayor de los casos ha sido negligente, y basta mirar la Capital del país para entender el problema, porque el metro sigue atascado, los restaurantes con personas en las mesas, las calles del centro con transeúntes, los gimnasios llenos, y esto en una entidad que tiene semáforo anaranjado con alerta de contagio, casi que podríamos decir que está en rojo.

Y claro, el doctor López-Gatell ha cometido el error de algunos traspiés como sus contradicciones sobre el uso de cubrebocas o llegar incluso a decir que el presidente Andrés Manuel López Obrador tiene una “fuerza moral” que lo protege del contagio del Covid-19; sin embargo, el vocero del gobierno para enfrentar la pandemia, no es un asesino, ni mucho menos, y tampoco ha utilizado como plataforma política la situación, como argumenta el PAN.

Simplemente, Hugo López-Gatell es un personaje que estaba en el momento y el lugar equivocado para terminar con una responsabilidad que nadie querría tener: darle la cara a un país ante los efectos de una pandemia inesperada y desconocida. Por varios meses, su innegable inteligencia y facilidad de palara le llevaron a posicionarse como un político eficaz.

López-Gatell es un fenómeno de la administración pública que nunca habíamos visto: el experto, el científico, explicando a la sociedad un fenómeno específico de su campo. ¿Qué pasaba cuando el Partido Revolucionario Institucional o Acción Nacional estaban en el gobierno? Bueno, existía un secretario de X o Y dependencia, que por lo general no era experto, sino político que, en el mejor escenario, tenía detrás suyo a un equipo especialista.

Sin embargo, en busca de fortalecer su carrera política, este X secretario o secretaria, era quien ante el público daba la cara para explicar un fenómeno que ni bien entendía, y por eso sólo lo hacía un par de ocasiones. Hoy, el gobierno en turno propone una estrategia diferente y al parecer está causando sensaciones positivas.

Es la primera vez que el experto, el especialista, el científico, se para frente a la sociedad mexicana y le explica una y otra vez un discurso técnico y especializado, en este caso sobre una pandemia. Además, López-Gatell, se da la licencia de hacer chistes, sonreír, comer en la banqueta, cosa que han caído bien a la sociedad.

Y bien lo dice Max Weber en su obra “El político y el científico” (1919): “Pero precisamente en el hombre de ciencia, por antipática que sea su manifestación, la vanidad es relativamente inocua en el sentido de que, por lo general, no estorba el trabajo científico. Muy diferentes son sus resultados en el político, quien utiliza inevitablemente como instrumento el ansia de poder”.

Pero el problema de López-Gatell podría ir más allá de una necesidad de brillar en la escena política, sino que, estaría fundamentado en algo más simple: la teoría de sistemas. Así como todo sistema macro se replica en niveles micro y viceversa, el sistema familia, tal como lo explica Rousseau en “El contrato social”, se manifiesta de dicha forma, y el subsecretario es un personaje que ya cansó a la infantil sociedad mexicana con su “quédate en casa”. Es como una autoridad regañona que ya hartó a medio mundo aunque, como en el caso de los poderes en los núcleos familiares, sabemos, tiene razón.

La pregunta que habría que hacerle al PAN por su denuncia es: ¿cuándo presentan la denuncia contra Felipe Calderón y su mal llamada “guerra contra el narcotráfico”?, ¿cuándo contra los responsables de Tlatlaya, Ayotzinapa, Atenco, Aguas Blancas, Acteal, Tlatelolco y otro montón de masacres incluidas en la “guerra sucia” del Siglo pasado? López-Gatell sólo es víctima de sus circunstancias, y decía Ortega y Gasset que si salvas tus circunstancias te salvas a ti, cosa que no logró el subsecretario; quienes en verdad buscan el lucro político es Acción Nacional, y ellos lo saben.

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