1.- Ante el triunfo de López Obrador, Diego Armando Maradona exclamó: “¡Estamos vivos!”, pues representa un avance para la democracia no sólo en México, sino para la América Latina, que ve con beneplácito el triunfo del pueblo boliviano por ser una señal clara de ello, y pronto será en Ecuador, mientras que en Venezuela se proseguirá con la postura democrática, por mandato del pueblo, con Nicolás Maduro.
Los gobiernos transformadores buscan restaurar en la sociedad la justicia que no le fue escamoteada, sino que se le privó de ella por siempre en los gobiernos neoliberales, donde creció la riqueza, pero sólo de unos cuantos, y del otro lado lo que abundó fue la pobreza y el desaliento, hasta que llegan al poder los luchadores sociales al estilo de Andrés Manuel, quien está consciente de lo fuerte que es la carga que se lleva sobre los hombros, las presiones severas tanto externas como internas, pero sonó la hora de dejar constancia de que no todos los gobernantes son iguales; el mexicano es punta de lanza.
Siempre habrá los que se acostumbren a vivir en la mediocridad; los cambios generan miedo, hasta en los que no pueden perder nada, porque nada tienen y siguen en la vida de milagro, sin el menor sustento, y sólo se advierte que siguen vivos pues respiran; más nada.
El cuerpo de América Latina aún vive, aún tiene la gran esperanza de que alguna vez se llegue a la igualdad, en el que todos los derechos sean para todos, no como una dádiva graciosa, sino como un mínimo de esperanza de que se puede acceder a mejores condiciones de vida, que no hubo anclaje en lo neoliberal, que existen pueblos que luchan por sobrevivir, por aspirar a la educación para todos como una de las mejores vías para alcanzar la igualdad en todos los actos de la vida, como la forma universal de acceder al conocimiento y a la emancipación.
Eso se tiene que entender en el pueblo de Latinoamérica en general, y en el mexicano en lo particular para que se alcance la transformación, transformación como sinónimo de evolución, no puede ser de otra manera, es la única transformación que existe, lo otro son cambios, vueltas en redondo, giros de 360 grados, gatopardismo, porque no va en beneficio de las mayorías, sino simplemente la salida y entrada de una persona por otra, sin que exista el menor indicio de que la lucha es de todos, sino sólo para unos cuantos, los que no sienten ni sentirán lo que es irse a la cama con hambre o repartir una pieza de pollo para toda la familia en la única comida del día, y que no es sólo de ocasiones, sino lo cotidiano, mientras que del otro lado, la compra de boleto de avión para el osito de peluche de la niña porque le pesa llevarlo en las piernas, o que el dilema sea sobre ¿cuál auto se lleva hoy el señorito para ir al colegio?, o el clóset lleno, con ropa sin estrenar ni se estrenará porque ya pasó de moda, y donde no hay crisis que se sienta; donde las propiedades son tantas que ni siquiera se sabe lo que se tiene, con un agravante, no existe fortuna inmensa que no se haya logrado sin sostenerse en muros de lágrimas, pesar y hasta muertes de decenas de personas, de traiciones y puñaladas que se dan antes de que se reciban, pues el otro igual tenía pensado lo mismo, pero se le adelantó el uno; para ellos es la involución humana la única forma de engrandecer el dinero, y todavía tienen fama de personas honorables, las que entran a sus empresas plagadas de trabajadores explotados.
Amasar riquezas en tiempos de bonanza y despedir obreros cuando las cosas andan mal, sin agradecer que por ellos se crece financieramente, es común en el neoliberalismo.
Los gobiernos transformadores desembocan en el equilibrio, son los gobiernos de la evolución, pero estos administraciones sólo pueden llegar y sostenerse por la fuerza popular, apuntalados por el pueblo, por la ciudadanía que, al solidarizarse con su gobierno, se solidarizan consigo mismo, en el presente para que se construya su futuro al ritmo de la evolución
2.- Morena es a los docentes como éstos son a aquél, pero con Nueva Alianza, sólo en caso de que el partido de Elba Esther renunciara a cacicazgos y a las injusticias que se eslabonaron, donde los profesores fueron utilizados para encumbrar a sus represores.
3.- Multa al tricolor, no como en el caso del Pémexgate, como uno de los ejemplos de la corrupción de ese partido alejado de las bases; sólo son 84 millones que quieren pagar en abonos. Si no están con el agiotista Salinas Pliego. Que paguen los aliados del panismo.
4.- El papá del Lunares tendrá que seguir su proceso tras las rejas. El cártel de Tepito es sólo uno de los tantos que crecieron en el país al amparo de los gobiernos anteriores. No faltan los que digan que fueron sus oscuros recaudadores de impuestos, aunque sólo se los quedaban sus padrinos.