Por la libre 1.- El discurso de Colosio ¿fue detonante? 2.- Las vallas 3.- Tren Maya 4.- El Papa

1.- ¿Qué tan trascendente fue el discurso de Luis Donaldo Colosio del seis de marzo de 1994 en el monumento a la Revolución, para provocar su asesinato el 23 del mismo mes, en Lomas Taurinas?, o quizá la pregunta correcta sería, ¿qué tocó el candidato a la presidencia en ese discurso para que alguien ordenara el magnicidio?, o tal vez más, ¿de qué parte del centro se dictó la disposición?, ¿qué hacía Beltrones, incluso durante el traslado de Mario Aburto?, ¿le preguntó algo, le dijo algo, algún consejo, un “dime la verdad, quién te mandó, para poderte ayudar y que no cargues con todo el peso tú solo?.

No sé si platicaron o no, Beltrones y Aburto. Hay una serie de preguntas que quizá no se hicieron o no se difundieron, pero ni entonces ni ahora, a casi 25 años del crimen, no hay nadie que crea la teoría del asesino solitario, y sobre el discurso del seis de marzo, no fue la causa, pero quizá detonante, tal vez envió mensajes para determinada persona, algo que pasó inadvertido para la mayoría, pero hablar de un pueblo con hambre y sed de justicia, con todas sus letras, decir que ese pueblo ha sido agraviado, era evidente y ningún secreto; Calles, cuando le dijeron que Cárdenas tenía discursos fuertes en la campaña, respondió sin asombro que era normal, alejarse un poco de la administración y hablar de injusticias.

Desde luego que, entre tantas preguntas, ¿por qué ese seis de marzo sólo se presentó Kumate, entonces titular de salud del régimen salinista, ese día en el monumento a la Revolución?, ¿nadie le dijo que no irían los demás, o lo mandaron para que se enterara de primera mano?.

Lo segundo es imposible, con enviar a uno de tantos “orejas” a su servicio, suficiente, ¿será más bien lo primero?, ¿fue espontánea su presencia?, ¿era un mensaje, incluso sin saberlo el propio secretario?, ¿o un acto de amistad para con Luis Donaldo?.

Desde mi punto de vista, reitero, en apariencia, el discurso de Luis Donaldo no tenía acusación alguna sobre nadie, en todo caso, contra el sistema, del cual él fue parte.

¿Fue duro?, sí, pero general. Es cierto, lo dijo el que, de no haber sido asesinado, hubiera sido el presidente, pero otros lo dijeron antes, en el lenguaje demagógico.

Existe otra versión que es más un detonante sobre el caso, que Camacho Solís habló con Luis Donaldo y llegaron a un acuerdo y que se iban a presentar en público, al ritmo de la reconciliación política, signando un convenio de acabar con el salinismo en la aguda figura del padrino a la mexicana, del maximato callista en su segunda edición, pues los dos tenían suficiente información para ello, y en el poder, en esos ayeres, todo se podría.

Camacho no aceptó la decisión de que Colosio fuera el candidato, quería para él esa posición.

Salinas no puso remedio al enfrentamiento, como divertido, como jugando, como una carta que tenía oculta.

Quizá dentro de ese juego, dio fuerza a Camacho como enviado del gobierno para negociar con el EZLN, teniendo hasta más fuerza en los medios que el candidato, de quien se dijo que en cualquier instante podría ser sustituido, y Manuel pudiera estar contemplado, pero bajo la dirección del jefe de jefes, no por la libre, como, por lo que se sabe, se intentó hacer entre el propio Manuel y Luis Donaldo, sin tutelajes ni tener que pagar favores.

Si así fue, ¿quién tenía que actuar pronto para que no se supiera de ese encuentro?, ¿fue el que ordenó el magnicidio. El caso de que alguien actuó rápido, antes de que se hiciera público el nuevo trato amistoso entre ambos, por su cuenta, sin el permiso ni dirección del padrino.

Si se hubiera dado a conocer públicamente el reencuentro, si hubieran pronunciado los discursos en ese sentido, 15 días después de esa situación, en caso de magnicidio o renuncia, Manuel hubiera sido el sustituto.

Después del crimen, se descartó en automático a Camacho, repudiado por los colosistas que no sabían toda la historia.

El elegido fue Zedillo, quien llevaba el neoliberalismo tatuado en la piel, aunque para que se hablara de rompimiento con Salinas, envió a la cárcel a Raúl, pero sin tocarle un peso de su fortuna, forjada al sudor de los “moches”.

Antes el error de diciembre para pinchar el globo salinista de las finanzas sanas, aunque en el pleito llevaron al suicidio a no pocos mexicanos; les destruyeron patrimonios, pero se benefició el grupo de élite siempre con información de privilegio, lo que es común en estas circunstancias de abusivos colegas de este régimen.

¿Colosio hubiera sido mejor presidente que Zedillo?. Diría que distinto. Antes del seis de marzo y del asesinato, no era tan distante de los personajes del sistema imperante.

2.- Las vallas en el zócalo; Graco las critica, pero como gobernador de Morelos las instaló en el palacio de gobierno; los priístas se asombran de ellas; en el 68 recibieron a los estudiantes no con vallas sino con balas; la señora Chapoy y sus críticas sobre el particular; se le olvida que pidió en su programa que les lanzaran a las jóvenes la tanqueta de agua. Estos de corta memoria pronto reciben respuestas. ¿Lo ideal sería la inexistencia de vallas?. Desde luego, sin vallas, ni puertas ni fronteras, que todo sea de todos en la medida de lo que se necesita, sin violencia ninguna. Igual el grito contra la injusticia enronquece la voz, dice Bertold Brecht en “A los que nazcan más tarde”,

3.- El Tren Maya traerá beneficios a la región sur del país, tan olvidada de siempre, sin embargo, nada por encima de la ley; si hay amparos se respetarán; si no se puede terminar la obra en el lugar donde algunos no quieren el desarrollo, habrá otros caminos; otros serán los beneficiados. No tiene caso pelear cuando el país necesita tantas obras para el bien general, y más en un lugar por siempre olvidado por el gobierno federal.

4.- Cualquier paso, de quien sea, por la paz del mundo, será bienvenido; Bergoglio dio ese paso en Irak, ahí estuvo; ojalá sirva para que los invasores dejen que los iraquíes decidan su destino, pero no será así. De algo servirá, algo paliará la situación esta visita.

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