Por la libre 1.- Perder las proporciones?2.- Amarillos? 3.- Autosuficiencia?4.- Cambio climático

1.- Cuando se pierden las proporciones vienen los errores, cuando la intención es saber quién es el que puede más, suenan los tambores de guerra; las guerras son dolorosas, dejan rencores y las secuelas son más difíciles de superar que la propia reyerta.

Si quien tiene el papel de ser el árbitro quiere tocar el pandero, se equivoca. Terminará quedando mal hasta con los que pretende ayudar, puesto que nadie le verá como participante sino como entrometido. Además no hay nada peor que un nazareno que se carga a favor de una de las partes, pues perderá cualquier oportunidad de cumplir con su misión. Si emprende otra, la que sea, que no sea la de ser árbitro, se entrará en sospecha.

Cuando está en juego el futuro de la patria se requiere que un silbante fuerte para soportar las presiones.

Cuando el árbitro pierde la cabeza no hay nada más que hacer que no sea torcer la ruta para la cual fue contratado. El primer repudio será de sus propios compañeros, siempre y cuando haya decencia e imparcialidad en sus juicios. Sólo los malhechores se aplauden y apoyan entre sí, y se llama complicidad.

El bien ser y el bien hacer se tuerce cuando los intereses rebasan a la tarea para lo cual se fue electo, cuando se emprenden acciones diferentes a las cuales se le encomiendan por reglamento. Cuando se quiere cambiar las reglas ante la información que se recibe al paso de los días; se deja la impresión de que se está a favor de alguna de las partes, lo que le nulifica autoridad al árbitro, por más que sus allegados publiquen verdades a medias o mentiras completas.

Se está mal no sólo moralmente, sino en el manejo de las leyes que están para favorecer la ética y ser la medicina para que los tumores malignos sean extirpados del cuerpo nacional. Las leyes son para que se sienta la fuerza de la congruencia y de la imparcialidad en todos y cada uno de sus actos, hasta el día final.

El árbitro en árbitro se debe quedar, de lo contrario, que renuncie. Si ya se está fuera de toda moralidad y ética cuando se reciben salarios de vergüenza, por su alto monto, si se tiene que vivir con un amparo al estar al margen de la ley por tener ingresos superiores a los que se dictaminan en la Constitución, al ganar más que el presidente, cuando se toma el poder arbitral para ser parcial a una de las partes, se es un traidor a los principios elementales de sus cargos y se deja de lado la credibilidad de sus tareas.

No hay nada peor que tener como árbitro a quien es tendencioso; lejos de dar confianza, de borrar esa idea, hace hasta lo imposible por evidenciar su mal talante para quedar bien con quienes parecen ser sus patrones.

Con esta clase de árbitros, es inútil el diálogo. Los que deben ser ecuánimes, se radicalizan.

Cuando se les pide que no se salgan de su papel de árbitros y los implicados las toman como ataques, se está en el desequilibrio. No se olvide que a nadie le gusta ser descubierto. Cuando el tramposo es descubierto, vocifera y hasta agrede.

Cuando el árbitro deja de ser árbitro se debe exigir que se designe a otro y se puede. Si se cambian las reglas iniciada la partida, ¿por qué no se podrá cambiar de árbitros?.

Lo cierto es que se está harto de saber que las autoridades responsables de las elecciones sean parciales. Hasta en el 18 se corrió a favor de la derecha y a Andrés Manuel se le escamotearon tres o cuatro puntos porcentuales de votos, y para el 21 se está en ruta de ser peor; ya se inició con la determinación de revisar la supuesta sobrerrepresentación, y ahora se eliminan candidatos, por mera casualidad, a los morenistas, en casi todos los casos, lo que pone en evidencia que se mide con distinta vara a este partido en relación a los otros.

La única manera de evitar que el árbitro parcial perjudique, es hacer un partido perfecto, y que el pueblo se convierta en un visor permanente para evidenciar al tramposo, de tal manera que sea imposible que pueda hacer daño. Si son más los buenos, es la hora de demostrarlo.

2.- Tal y como se esperaba, se está en semáforo amarillo en la mayoría de las entidades en el país, Lo que significa que continuará la apertura de los negocios, pero también que habrá locuras, lo que se empezó a ver cuando se formaron grandes filas en las casetas para seguir el viaje hacia destinos turísticos, con lo que la tercera ola de contagios se pone a la vista, pues ni los que han recibido las dos dosis de vacunas están a salvo; se requiere de un tiempo posterior a la aplicación del producto, menos los que no han recibido ninguna. La mayoría sigue sin entender que si se está en un juego, el de la ruleta rusa.

3.- Los energéticos deben ser de los mexicanos por seguridad nacional, y deben ser aprovechados para obtener sus derivados y que terminemos siendo autosuficientes en este renglón. Ya se tiene la iniciativa de parte del Ejecutivo al Congreso, para que se apruebe y se termine por hacer valer los principios nacionalistas de la cuarta transformación.

4.- Reunión en la cumbre, con la participación de países de todo el mundo, entre los que se cuenta a China, Rusia, Estados Unidos y México. Se buscarán acuerdos sobre el cambio climático, después de que evidentemente las cosas se están deteriorando y la humanidad está en grave peligro, por un problema que ella generó, pero al que se le tiene que dar solución para amainarlo primero y resolverlo después. Se está en el punto de quiebre, un error más y será fatal.

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