La diputada Irma María Terán Villalobos, de Encuentro Social, impulsa una iniciativa con el propósito de establecer que corresponde a la Secretaría de Turismo el otorgamiento de incentivos, distintivos, certificados o reconocimientos a los prestadores de servicios turísticos, en especial aquellos que fomenten el turismo sostenible.

El documento, que plantea modificar el artículo 63 de la Ley General de Turismo, indica que es necesario que este tipo de turismo sea incluido en los programas de la Secretaría, con el objetivo de lograr la calidad y la excelencia en estos servicios, además de promover la competitividad del ecoturismo.

 Refiere que con esta reforma, enviada a la Comisión de Turismo para su análisis y dictaminación, se busca impulsar el crecimiento de empresas turísticas que promueven una forma de viajar sostenible y contribuyen a mejorar el medio ambiente del planeta.

Destaca que México tiene con un gran potencial para desarrollar el turismo sostenible, toda vez que cuenta con paisajes de playas, bosques, manglares, montañas, desiertos y selvas y zonas arqueológicas como Teotihuacán y la ciudad maya de Chichén Itzá que nos posicionan como un país con un gran atractivo turístico.

 En la iniciativa se señala que de acuerdo con la Organización Mundial del Turismo el turismo sostenible es el que toma plenamente en cuenta las repercusiones actuales y futuras, económicas, sociales y medioambientales para satisfacer las necesidades de los visitantes, de la industria, del entorno y de las comunidades anfitrionas.

 Por lo tanto, el turismo sostenible debe dar un uso óptimo a los recursos medioambientales, que son un elemento fundamental del desarrollo turístico, mantener los procesos ecológicos esenciales y ayudar a conservar los recursos naturales y la diversidad biológica, señala la iniciativa.

 Resalta que el turismo, al ser un potente instrumento de desarrollo, puede y debe participar activamente en la estrategia de la sostenibilidad.

 Ante ello, considera que con la reforma se lograría el desarrollo de un turismo que satisfaga las expectativas económicas y las exigencias ambientales, pues los recursos naturales en los que se basa el turismo son frágiles.

 Afirma que el turismo, cuando se planifica y se gestiona con responsabilidad, ha demostrado su capacidad de contribuir a la creación de empleos, promover una integración social inclusiva, proteger el patrimonio natural y cultural, conservar la biodiversidad, generar medios de vida sostenibles y mejorar el bienestar de las personas.

De acuerdo con la Organización Mundial de Turismo se define como “el turismo que tiene plenamente en cuenta las repercusiones actuales y futuras, económicas, sociales y medioambientales que implican satisfacer las necesidades de los visitantes, la industria, el entorno y las comunidades anfitrionas”. El turismo sustentable debe considerar una participación social incluyente para democratizar las decisiones y asumir las responsabilidades que conlleva la conservación del patrimonio natural y cultural de una localidad o región.

Ademas se fundamenta en la distribución equitativa de las ganancias, la responsabilidad de la conservación del patrimonio turístico y, particularmente, la participación activa de toda la sociedad involucrada en esta actividad (gobierno, empresarios, ONG’s, trabajadores turísticos y comunidad local), sin perder de vista que debe ser capaz de generar un beneficio real para quienes participan en esta actividad.

De acuerdo a un esrtudio de Semarnat el turismo sustentable o sotenido son aquellos: “grupos, organizaciones o instituciones que, por iniciativa propia, desarrollan propuestas y acciones que benefician a su sociedad.

Pueden ser asociaciones civiles, sindicatos, partidos políticos, iglesias, instituciones de gobierno, agencias de cooperación internacional, organismos multilaterales y comunidades indígenas, entre otros. La figura de actor social es clave en el beneficio generado por la actividad turística y también para responsabilizar a las comunidades de la conservación de sus entornos; a partir de ello se generan experiencias exitosas de sustentabilidad.

Un ejemplo es el turismo que se realiza en Mazunte Oaxaca  donde son determinantes tres premisas: la participación de las comunidades como actores principales y socios con los mismos derechos en los procesos de planeación así como en la puesta en práctica; la conservación y el mejoramiento ambiental y la rentabilidad, es decir, la generación de una economía propia.

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