Entre la guerra y la inflación

La visita de Nancy Pelosy, demócrata, poderosa presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos entre 2007 y 2011 y de 2019 al presente, el pasado 2 de agosto a Taiwan, en su gira por Singapur, Malasia, Japón y Corea del Sur, es calificada en diversos medios y por diversas autoridades como una “arriesgada provocación”, “imprudente”, “peligrosa”, “irresponsable”, “arbitraria”, frívola”, “escalada impredecible” “repercusiones impredecibles”, “juego con fuego”…

Taiwan es el más importante centro de producción de semiconductores de última generación, más del 65% del mercado mundial,realiza importantes exportaciones de arena natural y en donde estaba en marcha una planta de baterías de litio para Telsa y Ford.

China considera esta visita como una grave violación de su soberanía nacional y de su integridad territorial de “una sola China”. A Taiwan no se le reconoce en la ONU como un Estado soberano desde 1971; y ahora solo 13 naciones y el Vaticano mantienen vínculos diplomáticos con Taiwán en lugar de con China.

En el entramado geopolítico mundial en caldera con la invasión de Rusia a Ucrania, devenida en confrontación Rusia/OTAN/Estados Unidos y en la conflictiva interna en la clase política estadounidense rumbo a las elecciones intermedias en noviembre próximo en el congreso e incluso ahora con el pentágono, Pelosi visitará también la frontera entre Corea del Sur y Corea del Norte.

La ruptura de las cadenas globales de valor en el curso de la guerra repercute en el crecimiento económico llegando, incluso, al desabasto de básicos en los super mercados en Estados Unidos e Inglaterra.

El contexto económico es sombrío y deja vislumbar un escenario de contracción del crecimiento económico con inflación; inflación que hoy supera el 9%, la más alta desde 1981. La política monetarista de aumentar la tasa de interés para combatir la inflación repercute en el poder adquisitivo del salario después de varias luchas y huelgas de los trabajadores en los primeros meses del año que se han presentado en Estados Unidos y otros países como Reino Unido, Italia y Alemania, así como se han registrado crecientes movimientos populares en Panamá, Ecuador, Argentina y en varios países africanos.

Las perspectivas para el año próximo son nubarrones, desempleo y hasta congelamiento salarial.

En el caso de México, si bien la política seguida para mantener los precios de la gasolina, a precios reales, la política social con las pensiones para adultos mayores y estudiantes y la política salarial que ha significado un importante aumento en el salario mínimo y elevado el salario promedio de los trabajadores afiliados al seguro social han permitido enfrentar la crisis en mejores condiciones, la inflación, aunque menor a la de Estados Unidos, ha disminuido el poder adquisitivo del salario y aún más dramáticamente para la mayoría de los trabajadores que se encuentran en el sector informal. Y los precios del gas se incrementan.

 

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