De uno de los grandes poetas palestinos, de la resistencia y de la vida, de la presencia y de la ausencia, Mahumd Darwish, recuerdo algunos versos, que pueden no ser precisos: Palestinos tus ojos/ palestino tu rostro/ palestinos tu nacimiento y tu muerte…
Palestina, una herida en el corazón, en el corazón palestino, en el corazón árabe
De la historia reciente tenemos la memoria de la creación del Estado de Israel decretada al final de la segunda guerra mundial en la tierra palestina y llevada a cabo con migraciones infinitas y también acordada la creación del Estado Palestino, de mujeres, hombres palestinos que en ese territorio vivían y que nunca se cumplió. Hay que tener presentes los innumerables ataques criminales del gobierno israelí contra el pueblo palestino y hay que tener presente que Israel es el único país de esa región con bombas y armas nucleares. Hoy, frente a los ataques inesperados de Hammas por el mejor sistema internacional de seguridad, a varias ciudades de ese país, la reacción del Estado Israelí amenaza hasta el genocidio. La condena a esos ataques es internacional y la mayoría, sin embargo, ignora, calla lo que la provocó. Y hay que condenarla, sí, y también llamar a la búsqueda de acuerdos que garanticen la existencia pacífica del Estado Israelita y del Estado Palestino.
La construcción de Israel de muros interminables de piedra, cemento, tecnología avanzada hasta la inteligencia artificial buscan acorralar en Gaza a millones de palestinos para llevarlos a la muerte, olvidan el cerco del que fueron víctimas sus abuelos por los nazis en el Ghetto de Varsovia en 1940 y deshumanizan y animalizan al otro… como lo hizo Goebbels en 1939 en el ghetto de Lodtz al decir “Estos no son hombres, son animales”. Crueldad, tortura sin nombre que hay que nombrar y condenar.