A qué nos suena operación berlin, a mi como a titulo de película de acción/persecución y ahora un misterio del que resulta nadie fue y nadie cobró y también de arrepentidos… es decir ya en términos de la “Mexican History”… fraude electoral. orquestado no en Berlin sino aquí en la CDMX en la calle de nombre Berlin donde justo ahí estaba el tiradero de basura y pepenadores…
Hace unos días, Tatiana Clouthier, exasesora de campaña de Andrés Manuel López Obrador, publicó con editorial grijalbo su libro Juntos Hicimos Historia. Como era de esperarse las reacciones a los relatos que contiene este volúmen, no se hicieron esperar en redes sociales.
En el interior del libro, Clouthier relata que el historiador y editor mexicano Enrique Krauze habría participado en el año 2016 en la creación de campañas digitales que tenían como objetivo “acechar y denostar” al entonces candidato López Obrador.
En el libro, la legisladora morenista escribe textualmente que una campaña negra de memes era dirigida contra López Obrador, pero “necesitaban contenidos más elaborados que fueran capaces de lesionar su entonces candidato. Agustín Coppel se reunió con Enrique Krauze para encargarle que prepararan contenidos intelectuales más refinados”.
A lo largo del capítulo hay otras cinco referencias a Krauze, donde reitera la acusación frontal de colaborar en la dirección y confección de contenidos, algunos distribuidos en redes sociales, en contra del candidato presidencial de morena.
Señala además que las empresas de Krauze han recibido adjudicaciones directas de gobiernos anteriores al morenista, y que las “investigaciones especiales” eran encargadas por su “mano derecha”, Fernando García Ramírez en contra de AMLO.
Una de ellas fue la supuesta relación con Rusia de miembros de la campaña de López Obrador, según Clouthier.
Las palabras Enrique Krauze, Pejeleaks y operación Berlín y en referencia a la casa en la número 245 de la calle Berlín, colonia del Carmen, Coyoacán donde supuestamente se orquestaba la campaña negra, fueron tendencia desde el jueves y viernes de la semana pasada.
Krauze, por supuesto negó categóricamente estas afirmaciones consignadas por la diputada Clouthier en su libro, el también escritor dijo ser “blanco de una persecución desde el poder.”
Además en este caso se presume que hubo un grupo de 100 empleados (entre publicistas, diseñadores, editores de vídeo y community managers) que crearon contenido con la finalidad de desacreditar en redes sociales al entonces candidato a la presidencia por Morena. Operación Berlín revela que llegaron a pagar a los jóvenes que producían los contenidos “hasta 50 mil pesos por cada mensaje en facebook, twitter e instagram que resaltara una mala mueca, un arranque contra algún adversario, un exabrupto de alguno de sus colaboradores o una liga de una noticia falsa de López Obrador. En esta “operación” también se vinculan los nombres de los empresarios mexicanos Agustín Coppel, Alejandro Ramírez y Germán Larrea.
Según lo relatado por Tatiana Clouthier en su libro, “se presume que Agustín Coppel se reunió con Enrique Krauze para encargarle contenidos intelectuales más refinados”. dicha tarea fue asignada a Fernando García Ramírez, columnista del periódico El Financiero y miembro del consejo editorial de Letras Libres.
Clouthier, dijo que Enrique Krauze la amenazó si revelaba su papel en la Guerra sucia contra AMLO.
Sin embargo, Clouthier dijo que tenía todas las pruebas de lo que escribió en su libro.
Además afirmó que el historiador ha estado al servicio de los gobierno de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto para atacar a López Obrador y recibió de ellos más de 103 millones de pesos para sus empresas.
Cabe destacar que el pasado viernes Krauze anunció en su cuenta personal de twitter que se reserva el derecho de actuar legalmente contra Tatiana Clouthier.
Y¿Qué dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador? pues el reiteró en la conferencia mañanera de ayer lunes su respeto hacia Enrique Krauze y garantizó su libertad de expresión, pero, hizo votos porque el estado ya no cuente con “intelectuales orgánicos” como en el pasado.
Lo que ya no debe permitirse, insistió, es que el estado tenga que financiar a escritores y periodistas asalariados del gobierno y defensores del régimen.
Bien pues hasta aquí lo que va del destape del “intelectual orgánico” y su operación… que al parecer lo ha dejado en coma o como algunos ya la llaman operación cobardin.