1.- Rosario Robles habla de que están presionando a sus colaboradores y a ella.
Lo dice, lo afirma, pero, subrayo, una cosa es que le pidan que ponga al descubierto las tantas complicidades que se requieren para un desvío multimillonario, y otra que invente, pero si no quiere, está en su derecho de guardar silencio.
Deberá cargar con la culpa en solitario, es su decisión. Que los otros sigan gozando de la libertad que ella no tiene. Seguramente el dinero no les faltará, podrán viajar, planear, proyectar y realizar; gozar, que la vida es corta y nadie les presiona; la señora guarda y seguirá silente; cargará con toda la culpa, lo que, sin duda, ha reflexionado lo suficiente en la soledad y oscuridad de la fría celda, a unos metros de la calle, pero se anteponen rejas, candados, cerraduras y un silencio que no se quiere romper, ni siquiera para hacer justicia, para que paguen todos.
¿Dónde está el que le dijo: “no te preocupes Rosario”?; ¿los que al lado suyo oyeron cosas?, ¿quién le ordenó hacer ciertos movimientos?. Tal vez hasta ellos fueron los que lo hicieron, pero hoy está usted sola, en mazmorras, porque, aunque pudiera tener alguna comodidad, cierta protección, nunca igual a las comodidades que disfrutó a lo largo de tantos años en los cuales labró un prestigio, pero lo perdió.
¿Cuándo lo perdió, Rosario?, ¿qué fue lo que le motivó a desviar la ruta que le llevó a olvidarse de la funcionaria que recibió elogios por instauración de leyes progresistas en el Distrito Federal de ese entonces, y frenar una manifestación en vivo, delante de las cámaras, esperando los mercenarios que fracasara, y los progresistas festejamos que se convenciera a los actores y no se dio la movilización y sin ningún garrote ni escudo, con el diálogo público y certero. Esa señora un día dejó de serlo y hoy está sola.
Rosario, no le están pidiendo que mienta, que inculpe a inocentes, si es que los hay, sino que diga lo que sabe, que paguen los responsables de esta estafa, de este robo al país.
Fue un crimen lo que hicieron. Mientras unos se llenaban las bolsas de dinero, muchos se quedaron esperando una comida, un apoyo, una asistencia para aliviar su estado de tal pobreza que comen yerbas que encuentran en su camino, en una choza, ateridos de frío, de necesidad, y le pregunto: ¿qué no le duele, señora?, ¿nunca le borraron su risa cuando se acordaba de tanta necesidad?. ¿Los que se llevaron el dinero merecen la libertad de la que gozan y usted no?; ¿tiene idea de cuántos murieron porque no llegó el apoyo?.
Señora, en un ejercicio de sinceridad, en su soledad, en donde seguro ha vivido cosas de las que sólo sabía que existían de oídas, ¿no ha hecho un acto de contrición?, y llamo a ese Dios: Abraxas, el de la dualidad, el que aglutina lo bueno y lo malo en sí, es decir, el humanismo puro, el ser que siente, vive, sufre, ama y clama justicia; el Abraxas del que habla Herman Hesse en el Demian, y verá que todos los que tienen culpa deben pagar; no hicieron ninguna gracia; su conducta dejó con hambre, y, ¿sabe qué?, lo hicieron con dolo, sabían el daño que ocasionaban, pero como nunca lo pagaban, pensaron que seguiría igual, aunque, por ahora, sólo usted lo paga, y los otros gozan de impunidad.
No creo que sea por mucho tiempo, se sigue investigando y también van a pagar.
Y, no está de más cerrar diciendo que no es amenaza, sino una promesa por México.
2.- El mundo avanza: La constitución pinochetista abajo, Evo Morales sin cuentas con la seudojusticia golpista; Venezuela que abre una esperanza más en la lucha contra el virus, y México con un proyecto de nación para transformarlo, despacio, pero sin pausa.
3.- El diputado local, Pepe Casas, denunció que el Cuauh, gobernador de Morelos, cuando alcalde de Cuernavaca, registra, en un solo año, opacidad por más de 190 millones de pesos. Las cuentas, la titular de Hacienda del Congreso, la priísta, Rosalina Mazari, según el mismo legislador, quiso salvar el trámite, pero dejó cabos sueltos que tienen al futbolista con un problema más por resolver.
4.- A la educación mexicana le sobra disposición del magisterio, de padres de familia y alumnos, pero, por desgracia, también le sobra papeleo y le faltan autoridades apegadas a la realidad y no a la burocracia. No todo es perfecto, se entiende, pero podría mejorar.