Textos y Contextos. EU creó monstruos, fantasmas, que hoy están por devorarlo

A los Estados Unidos se le aparecieron sus propios fantasmas;  las acciones proteccionistas de Donald Trump sólo demostraron que el sistema propuesto por el país norteamericano es tan inoperante que hasta ahora ellos lo rechazan; pero, construyeron una maquinaria tan grande, que ya no pueden contra ella.

De sus instituciones educativas emanaron los economistas más neoliberales del mundo: Milton Friedman, por ejemplo, egresado y profesor de la Universidad de Chicago, conocida por su educación tendiente al neoliberalismo, fue uno de los máximos impulsores del libre mercado en el Siglo XX hasta ser legitimado con el premio Nobel.

También el conocido Consenso de Washington, suscrito por naciones como Alemania, Gran Bretaña, ésta liderada por  Margaret Thatcher, y por supuesto, Estados Unidos, planteaba a finales de los ochentas la necesidad de abrir los mercados, tener políticas fiscales amables con la iniciativa privada, minimizar la autoridad del Estado en la economía de las naciones, así como procurar los bajos aranceles para fomentar el intercambio de bienes y servicios.

Más o menos bajo esas premisas fue que se fundó y creció la Unión Europea, un bloque regional que hoy, uniendo el poder económico y político de sus 28 países miembros, es un actor clave en la toma de decisiones de la escena internacional; esto bajo las premisas del Plan Marshall”, ideado, por cierto, por los EU.

Este empoderamiento del sector privado y del nuevo esquema de liberalización comercial de los ochentas en adelante, empoderaron al sector del mercado que conocemos como empresas transnacionales, las cuales aprendieron a mezclarse con la cultura de las sociedades receptoras y se adaptaron a las necesidades de los mercados internos de las naciones, sin importar cuál era su país de origen. Así comenzamos a ver marcas como Coca-Cola o McDonalds tanto en México, como en China, así como en Medio Oriente e incluso en África.

Además, Estados Unidos no sólo impulsó el libre mercado, sino también, la migración. El programa Bracero, iniciado en 1942, fomentó el traslado de campesinos mexicanos al territorio estadounidense. Ya que los hombres del norte estaban ocupados con la Segunda Guerra Mundial, necesitaron que los del sur trabajaran sus tierras para mantener estable la economía. Antes, fuimos bienvenidos en un país que hoy busca poner un muro para impedirnos el paso.

¿Y qué pasó entonces; dónde quedaron esos sueños de los Estados Unidos por un mundo globalizado en el que las empresas deben tener los mejores beneficios comerciales para incentivar el crecimiento económico? Pues parece que a Donald Trump ya no le gustó que las grandes corporaciones norteamericanas se llevaran su producción a otros países con salarios bajos para los trabajadores; ya no disfrutó el exportar conocimiento para comprar la mercancía terminada a un mayor costo. La sociedad norteamericana creció, ya no está en la guerra, y por eso ahora sí, necesitan los empleos que un día le ofrecieron a los mexicanos.

Pero los grandes monstruos, poderes supranacionales que son las empresas y las corporaciones, ya no aceptan cruzados de brazos los aranceles que quiere poner Donald Trump. “Cría cuervos y te sacarán los ojos”. Hoy American Airlines, Amazon, American Express, AT&T, entre muchas otras marcas miembro de Business Roundtable, le dicen “no” al gobierno y junto con la Cámara Americana de Comercio, se oponen a quien un día los hizo crecer abriéndoles paso libre por el mundo.

Ren Zhengfei, fundador de Huawei, dijo ante la batalla comercial entre China y EU, que Apple fue su maestro y ahí está la apología de porqué Donald Trump lucha por encerrar nuevamente su mercado y su tecnología.  El sistema de los Estados Unidos nunca imaginó que al globalizar el mundo filtrarían los secretos de su poder: hoy China le compite sin problemas a la tecnología móvil e incluso con redes como la 5G, puede mejorarla, y México, como no queriendo, quiere hacer un bloque regional con Centroamérica, ¿Un “Plan Marsall Tropical”, podríamos llamarle?… En fin, los monstruos estadounidenses están por devorarse a su creador.

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