1 de febrero de 2019
Médicos Sin Fronteras (MSF), junto con varias organizaciones, entregó hoy una carta al Consejo de la Unión Europea para: exigirle apoyo en las operaciones de búsqueda y rescate, adoptar acuerdos oportunos y ofrecer a los refugiados y migrantes lugares seguros que los acojan y los protejan. A continuación, el mensaje completo:
Nosotros, las organizaciones, redes y plataformas abajo firmantes, le escribimos para expresarle nuestras grandes preocupaciones e instarle a actuar sobre la crisis actual en el Mar Mediterráneo. Desde enero de 2018, al menos 2,500 mujeres, niños y hombres se han ahogado en el Mediterráneo. Mientras tanto, los líderes de la Unión Europea (UE) se han permitido ser cómplices de la tragedia que se desarrolla ante sus ojos.
Durante más de seis meses los gobiernos europeos han intentado -y fracasado- en llegar a un acuerdo sobre un sistema que permita a los sobrevivientes desembarcar de manera segura cuando llegan a una costa europea. Tal como está, cada vez que un barco lleva a personas que acaban de ser rescatadas a un puerto europeo, los gobiernos de la UE participan en debates dolorosamente prolongados, sobre dónde puede desembarcar el barco y qué países pueden albergar a los sobrevivientes y procesar sus solicitudes de asilo. Durante ese tiempo, mujeres, hombres y niños, que a menudo tienen cicatrices físicas y mentales causadas por su trayecto, se quedan varados en el mar, a veces durante casi un mes. La misión naval de la UE en el Mediterráneo, la Operación SOPHIA, corre el riesgo de terminar por completo porque los gobiernos europeos no pueden ponerse de acuerdo sobre dónde desembarcar a las personas rescatadas.
Paralelamente a esta situación, los gobiernos europeos están ejerciendo una presión indebida sobre las organizaciones de la sociedad civil que realizan misiones de búsqueda y rescate para salvar vidas en el Mediterráneo. En lugar de apoyar estas actividades en un esfuerzo por salvar vidas, varios Estados miembros de la UE han hecho que sea más difícil para ellos operar; hicieron alegatos infundados contra ellos; e impidió que los barcos de búsqueda y rescate abandonaran sus puertos. Durante este mismo periodo de tiempo, pero el año pasado, cinco organizaciones estaban realizando operaciones de búsqueda y rescate en el Mediterráneo. Hoy, solo una puede hacerlo.
Las acciones de los gobiernos europeos han dificultado sobremanera que las organizaciones de búsqueda y rescate continúen su labor de salvar vidas, y han impedido que otros barcos cumplan con sus obligaciones de rescatar a las personas en peligro y devolverlas al lugar seguro más cercano. Como resultado, el Mediterráneo se ha convertido en uno de los mares más mortíferos del mundo. En enero, un helicóptero naval rescató a tres personas que informaron que su barco había salido de Libia con 120 mujeres, niños y hombres a bordo. Todos los demás se habían ahogado. Las personas que son devueltas a Libia por la fuerza probablemente serán puestas en detención arbitraria, abusadas, torturadas o vendidas a la esclavitud. De acuerdo con la agencia de refugiados de la ONU, más de 15,000 personas fueron devueltas a Libia en 2018.
Según el derecho internacional, las personas rescatadas en el mar deben ser llevadas al lugar seguro más cercano, donde serán tratadas con respeto y se les ofrecerá protección. Europa se ha comprometido a salvar vidas en el Mediterráneo y compartir la responsabilidad de acoger a los refugiados. El derecho a solicitar asilo y el principio de no devolución se incluyen en los Tratados de la Unión Europea, que también declaran que la Unión se basa en los valores del respeto por la dignidad humana, la libertad, la democracia, la igualdad, el Estado de derecho y el respeto por lo derechos humanos. Estos son los valores en los que creemos y la ley a la que estamos obligados. Deben defenderse independientemente de los desacuerdos políticos.
Les pedimos que, en el próximo Consejo de Justicia Informal y Asuntos Internos, lleguen a un acuerdo sobre el arreglo de desembarque oportuno que salvará vidas y respetará los derechos fundamentales de las personas, incluido su derecho a solicitar asilo. Específicamente, le pedimos al consejo:
1. Apoyo a las operaciones de búsqueda y rescate: los países deben permitir que todos los buques que realizan actividades de búsqueda y rescate se acoplen en sus puertos, desembarquen a las personas que han sido rescatadas y regresen al mar de manera oportuna. El bloqueo de las operaciones de salvamento de vidas de ONG y embarcaciones comerciales es un enfoque peligroso que pone en riesgo la vida y socava la confianza de los ciudadanos en sus gobiernos para resolver la situación.
2. Adoptar acuerdos de desembarque oportunos y previsibles: hasta que se adopte una reforma positiva del Sistema de Dublín, incluido un mecanismo permanente de responsabilidad compartida, se deben establecer acuerdos para garantizar el desembarque y la distribución oportuna de las personas rescatadas entre los Estados miembros de la UE. Las ONG han hecho propuestas concretas para los acuerdos de reubicación después del desembarco. Dada la urgente necesidad de medidas para compartir la responsabilidad y los obstáculos para una solución a nivel de la UE, los acuerdos deben adoptarse de inmediato, y los estados participantes deben identificarse desde el principio, no en una base de “barco por barco”. Ningún acuerdo debe absolver a otros estados miembros de sus obligaciones legales en virtud del derecho de la UE, el derecho internacional de refugiados o el derecho marítimo.
3. Devoluciones finales: Libia es un país desgarrado por la guerra, donde los refugiados y los migrantes son detenidos regularmente en condiciones horrendas que violan sus derechos humanos básicos. Las mujeres, los niños y los hombres que son devueltos a Libia por los guardacostas libios apoyados por la UE o bajo instrucciones de los Centros de Coordinación y Rescate Marítimo se enfrentan a la detención automática y arbitraria y al riesgo real de tortura y otras violaciones graves de los derechos humanos. Fuentes autorizadas, incluidas algunas de las organizaciones signatarias, han documentado casos específicos en los que personas interceptadas o rescatadas fueron torturadas y abusadas al regresar a Libia. La Agencia de Refugiados de la ONU, ACNUR, ha instado a los estados a abstenerse de devolver a los nacionales de terceros países a Libia, debido al riesgo para su seguridad. Los gobiernos europeos deberían establecer puntos de referencia claros, incluido el fin de la detención arbitraria, y estar preparados para suspender la cooperación y la asistencia a los guardacostas libios si no se cumplen.
La situación es cada vez más urgente y les instamos a que tomen medidas inmediatas.
