El 17 de julio de 2019 es ya una fecha histórica, pues el juez estadounidense, Brian Cogan, impuso una condena de cadena perpetua por tráfico de cocaína, heroína y marihuana, además de 30 años de prisión por violencia con armas de fuego y 20 años más por lavado de dinero, a uno de los criminales más controvertidos de los últimos tiempos… Joaquín, “El Chapo” Guzmán.
Durante el llamado “Juicio del siglo”, fueron 56 personas, entre ellos, 14 exsocios y aliados del sentenciado, quienes relataron detalles y revelaciones de cómo operaba la organización de narcotráfico más grande de México, la cuál no sólo incluye a conocidos criminales, sino también a políticos y empresarios que habría recibido sobornos y de los cuáles se hablará más adelante.
Pese a que su defensa argumentó en marzo que interpondría controversias al juicio en busca de que se repitiera, por la influencia que los medios de comunicación pudieron haber tenido en el jurado, esto no sucederá. Hoy, el capo de la droga ya tiene sentencia y se busca que las autoridades de los Estados Unidos decomisen 12 millones 666 mil dólares de la fortuna de “El Chapo”, la cuál es muy difícil de rastrear y definir un total por su procedencia ilícita.
De cualquier forma, los abogados de Guzmán Loera ya han dicho que buscarán apelaciones por supuestas irregularidades que detectaron en el juicio, tales como la influencia mediática en al menos 5 miembros del jurado, además de que muchos de los testigos, quienes son delincuentes, ahora serán protegidos por EU con tal de encerrar a “El Chapo”, sin que los demás paguen por sus crímenes.
Al recibir su sentencia, Guzmán tuvo la oportunidad de hablar y criticó su reclusión en los Estados Unidos, pues refirió a que su estancia en la prisión norteamericana fue como “una tortura psicológica, emocional y mental durante 24 horas”. Además, “El Chapo” añadió: “Aquí no se hizo justicia. Estados Unidos no es mejor que otros países corruptos a los que este mismo país no respeta”.
Terminada la sesión de sentencia, las autoridades de EU hablaron. Richard Donoghue, fiscal del Distrito Oeste de Nueva York, mencionó que no se podía dejar impune todo el daño que las drogas traficadas por Guzmán Loera a su país han causado en la sociedad norteamericana las últimas dos décadas. Por su parte, Ariana Fajardo, fiscal del Distrito Sur de Florida, señaló que gracias a todo el proceso legal contra el narcotraficante mexicano, “hoy el mundo sabe quién es ‘El Chapo’, un hombre que estaba dispuesto a dar todo por mantener el poder del Cártel de Sinaloa, así se tratara de tortura, corrupción, asesinato…”
Las autoridades también resaltaron el papel de la Marina mexicana y la Administración para el Control de Drogas de EU (DEA), cuyos miembros y agentes, se dijo, “son héroes”. Asimismo, Ángel Meléndez, agente del Departamento de Seguridad Nacional de EU, mencionó que la vida como hombre del Joaquín Guzmán Loera ha terminado, pues la pasará tras las rejas, y que el mito creado alrededor del personaje, tiene punto final: “Cerramos el libro de Joaquín ‘El Chapo’, Guzmán”.
Sin embargo ese libro no sólo tiene un final, como lo apuntan las autoridades norteamericanas, sino que es parte de toda una historia que incluye a otros personajes, quienes pudieron ayudar al capo, ahora sentenciado, a encumbrarse en la cima del crimen organizado. Joaquín “el Chapo” Guzmán nació en una comunidad rural de Sinaloa el 4 de abril de 1954; sin embargo, es hasta 1980 cuando comienza a trabajar para el narcotraficante Miguel Ángel Félix Gallardo, el líder del entonces llamado Cártel de Guadalajara.
En 1989 Félix Gallardo es detenido y, casi que naturalmente, el Cártel de Guadalajara se desmiembra ante la ausencia de un líder. “El Chapo” Guzmán, apodado así por su baja estatura, apenas 1.67 mide, regresa a su estado de origen y aprovecha los nexos que ha creado en su carrera delictiva para fundar el Cártel de Sinaloa.
El 24 de mayo de 1993, un enfrentamiento entre el Cártel de Tijuana y el de Sinaloa deja como saldo la muerte del Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo en el aeropuerto de Guadalajara, pues, se dice, fue confundido con “El Chapo”.
Finalmente, es detenido el 9 de junio de 1993 en la frontera entre México y Guatemala; posteriormente condenado a 20 años de cárcel por asesinatos y tráfico de drogas, purgaría una condena en el Penal del Altiplano; dos años después, es trasladado a la prisión de máxima seguridad de Puente Grande, Jalisco.
En 2001, bajo el mandato de Vicente Fox y envuelto en una controversia que incluía el rumor de que la gente del Cártel de Sinaloa brindaba protección a los hijos de la entonces primera dama, Martha Sahagún, “El Chapo” pone en duda la “máxima seguridad” del penal de Puente Grande y se fuga del mismo metido en un carrito de lavandería, entre sabanas sucias. Ahí vuelve a los encabezados de los diarios; incluso en 2011, tras la muerte del terrorista Osama Bin Laden, líder de Al Qaeda, Guzmán pasa a encabezar la lista de fugitivos más buscados de Estados Unidos, según la revista Forbes. Washington ofrece cinco millones de dólares por proporcionar información valiosa que permita su captura.
En 2007 se casa con la ahora famosa Emma Coronel Aispuro, quien tomó relevancia por sus múltiples apariciones en el juicio de “El Chapo”. Esta bella señorita, quien al momento de su boda tenía 18 años, fue ganadora como la Reina de la Feria del Café y la Guayaba, celebrada anualmente en Durango.
La mujer más constante en la vida de Joaquín Guzmán es hija de Nacho Coronel, otro de los fundadores del Cártel de Sinaloa y del brazo armado del mismo denominado “Los matazetas”, de quienes se dice, decantó en el Cartel Jalisco Nueva Generación.
Gozó de 13 años de libertad durante sexenios panistas hasta que en 2014, bajo el mandato de Enrique Peña Nieto, vuelve a prisión el 22 de febrero, cuando es capturado en Mazatlán, Sinaloa, por miembros de la Marina mexicana en colaboración con la Agencia Estadunidense Antidrogas (DEA por sus siglas en inglés).
Sin embargo, sólo permanece en prisión un par de años y en 2015, se escapa del penal del Altiplano al clásico estilo de un túnel excavado bajo la ducha de su celda. El boquete tenía una distancia de kilómetro y medio que conducía a una edificación cercana a su encierro.
En octubre de 2015, “El Chapo” comete un error: concede una entrevista secreta con el actor estadounidense Sean Penn, en presencia de Kate del Castillo, se dice, por la admiración que siente el capo ante la actriz mexicana. Debido a esta extraña reunión, fue rastreado por el ejército.
El 8 de enero de 2016, Guzmán es nuevamente capturado por autoridades mexicanas en Los Mochis, Sinaloa y va, de nuevo al Altiplano; sin embargo, esta vez no logra cavar un túnel o aventarse a un montón de ropa sucia, pues es extraditado a los Estados Unidos un año después, para enfrentar once cargos por narcotráfico y es encerrado en la prisión de alta seguridad de Metropolitan Correctional Center, en Nueva York.
En noviembre de 2018 comienza en Estados Unidos el “El juicio del Siglo”, contra Joaquín Guzmán Loera. Parte toral de su defensa sería Jeffrey Lichtman, un conocido litigante que ha liberado a grandes capos de la mafia en los EU, tales como John Gotti, líder de la familia criminal Gambino.
Lichtman generó una gran polémica cuando afirmó que el entonces presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, y su antecesor, Felipe Calderón Hinojosa, habían sido sobornados por el Cártel de Sinaloa, bajo el mando de quien se dice, es en realidad el narcotraficante más poderoso de México: Ismael “El Mayo”, Zambada. Posteriormente, un testigo indicaría que a Peña Nieto, se le habrían dado al menos 100 millones de dólares en sobornos; hoy algunas voces se preguntan de dónde es que el expresidente ha obtenido los recursos para darse una vida de jet set junto a su novia, la modelo Tania Ruiz.
Además, otros nombres llamaron la atención durante el juicio del capo, por ejemplo, el de Tirso Martínez Sánchez, “El Futbolista”, “El Mecánico” y/o “El Ingeniero”, quien fungía como distribuidor de drogas de los cárteles de Sinaloa y de Juárez en la Unión Americana, pero que en últimos días ha tenido relevancia por estar de alguna forma vinculado al caso de Juan Collado y Libertad Servicios Financieros, pues éste le vendió a dicha empresa el equipo de futbol Gallos Blancos de Querétaro, con lo que se realizó una operación que defraudó a miles de inversores de Caja Libertad, de la cual, según la orden de aprehensión contra Collado, es dueño el propio Peña Nieto.
De igual forma, dados informes de Jesús “El Rey” Zambada, otro miembro del Cártel de Sinaloa, al que atraparon en un tinaco y quien fungió como testigo en el juicio, otro nombre de un importante funcionario en los sexenios panistas salió a relucir: el de Genaro García Luna, a quien también se le acusó de recibir sobornos.
García Luna fue el secretario de seguridad pública durante el gobierno de Felipe Calderón, 2006-2012. En el pasado estuvo al frente de cargos en áreas de seguridad entre los que destacan la titularidad de la Agencia Federal de Investigación (AFI), fundada bajo la administración de Vicente Fox, de quien era sumamente cercano.
El testigo que acusó a García Luna, dice haber entregado al entonces funcionario un portafolio con, por lo menos, 3 millones de dólares en efectivo en cada reunión que tenía con él. En 2005, cuando Zambada dijo que se hizo el primer pago, García Luna estaba a cargo de la AFI. Al año siguiente, cuando lo acusaron de aceptar un segundo soborno, García Luna había aceptado el puesto de secretario de Seguridad Pública del país, desde donde fue pieza clave para la operación de la llamada guerra contra el narcotráfico de Felipe Calderón.
Luego de tres meses de juicio, en febrero de 2019, el jurado deliberó varios días hasta que el 12 del mes se declaró culpable de todos los cargos a Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, quien esperaría la sentencia que el juez Brian Cogan dictaría algunos meses más tarde, precisamente hoy, 17 de julio y de la cuál se puede saber más volviendo al inicio de este texto. ¿Será que ya se acabó la novela de “El Chapo”?
