Tal parece que Irán sólo busca la devolución de su buque petrolero aprehendido por la Marina británica en el estrecho de Gibraltar el pasado 4 de julio para poder negociar la calma con países europeos como Gran Bretaña, no así con Estados Unidos, con quien se dijo, no sé negociará si las sanciones económicas y las tensiones en el Golfo Pérsico siguen escalando.

Así lo informó el presidente iraní Hasan Rouhani, quien insinuó este miércoles que su país estaba dispuesto a un intercambio de petroleros con Reino Unido: “No queremos tensiones con algunos países europeos”, declaró Rohani durante un consejo de ministros, según la página web del gobierno de Irán.

Apenas el pasado 22 de julio, el ministro de Exteriores británico, Jeremy Hunt, informó a los diputados británicos que ha mantenido conversaciones “constructivas” con otros mandatarios europeos a fin de lograr un acuerdo regional para garantizar una “navegación libre y segura” en las aguas del golfo Pérsico, por donde pasa al menos el 30 por ciento del petróleo mundial diariamente.

“Si los europeos terminan con las acciones inapropiadas que emprendieron, incluida la de Gibraltar, la respuesta de Irán se corresponderá con ello”, mencionó el mandatario, sobre todo porque el pasado 19 de julio, Irán se hizo de un buque británico en las aguas del estrecho de Ormuz debido a que, según la Guardia Revolucionaria de Irán, éste no cumplió las reglas de navegación; luego entonces ambos, tienen como rehén un navío respectivamente.

Así, pese a que el presidente iraní suavizó el tono con Europa, no lo hizo con Estados Unidos, país con el que no cesan las fricciones desde que éste abandonó el año pasado el Plan Integral de Acción Conjunta, firmado por Irán con las potencias internacionales en 2015, sobre la producción de uranio y material para la energía nuclear.

El presidente iraní ha dicho que no piensa negociar con Estados Unidos, y apenas el pasado junio, mencionó que en la Casa Blanca sufren de “discapacidad mental”, al referir que sus últimas acciones contra su país hablan de “confusión” por parte de la administración norteamericana. “Empezaron a sentirse frustrados y confundidos, hacen cosas raras que ninguna persona cuerda en la historia de la política mundial ha hecho (…) han pasado a ser discapacitados mentales”.

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