En un comunicado divulgado el pasado sábado a través de su cuenta de Twitter de Nayib Bukele, presidente de El Salvador, se informó que su administración ordenó la expulsión de ese país de los representantes diplomáticos venezolanos nombrados por Nicolás Maduro, quienes tenían 48 horas para dejar el país.
Además, se indica que la medida es cónsona con el voto de El Salvador en la sesión de la Organización de Estados Americanos (OEA) del pasado 28 de agosto, cuando 21 países votaron en apoyo al informe de la alta comisionada de Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, donde “se admitió y certificó que el régimen de Nicolás Maduro realiza violaciones sistemáticas a los derechos humanos contra los venezolanos”, informó la BBC Mundo.
Al mismo tiempo, el gobierno de Bukele anunció que “reconoce la legitimidad del presidente encargado, Juan Guaidó”, hasta que se realicen elecciones libres, en concordancia con la Constitución venezolana.
“En un futuro cercano, el gobierno salvadoreño espera la recepción de credenciales de la nueva representación diplomática de Venezuela”, añade el comunicado.
El texto concluye indicando que El Salvador “apoyará votaciones libres, supervisadas por la comunidad internacional y que garanticen la voluntad del pueblo hermano de Venezuela” .
En respuesta, el gobierno venezolano ordenó el domingo la expulsión del personal diplomático de El Salvador y le dio 48 horas para abandonar el país. La cancillería venezolana indicó en un comunicado que declaró “persona no gratas” a los integrantes del personal diplomático salvadoreño “en estricta aplicación del principio de reciprocidad, tras el inaudito anuncio del gobierno de El Salvador de expulsar al personal diplomático venezolano debidamente acreditado en ese país”.
“En este caso, las autoridades salvadoreñas no procuran otra cosa que suministrar un exiguo balón de oxígeno a la menguante estrategia estadounidense de intervención y bloqueo económico contra en pueblo de Venezuela”, resaltó el escrito.
“De esta manera, Nayib Bukele, asume oficialmente el triste papel de peón de la política exterior estadounidense”, agregó.