En honor Umberto Eco, haré caso a los expertos sobre el coronavirus

No es sencillo confiar en las Instituciones mexicanas, se entiende: llevamos décadas soportando “verdades históricas” y otros montones de mentiras que nos hicieron suspicaces cada que una autoridad gubernamental toma la palabra y expone un tema.

Sin embargo, hoy más que nunca valdría la pena analizar el papel de las palabras de los expertos contra la opinión pública, porque el Covid-19, se ha metido no sólo en las gargantas y los pulmones de al menos 266 mil desafortunadas personas en el mundo, sino también en la cabeza de todos, porque ya sea que creas que es una infección peligrosa, que es una mentira de la oligarquía, o en alguna otra teoría de la conspiración, a todos, el coronavirus, nos merece una opinión.

Partiremos primero de los expertos, uno de  ellos, Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, doctor en Epidemiología y quien cuenta con la experiencia de haber sido parte del equipo que enfrentó la crisis de 2009, provocada por la Influenza H1N1, que en aquella ocasión, incluso tuvo su origen en México.

Junto con José Luis Alomía Zegarra, director general de Epidemiología, López-Gattel es el vocero oficial de la contingencia provocada por el coronavirus, y tiene en sus credenciales algo que por lo menos yo no: educación y especialización en medicina y epidemiología. Por eso cuesta trabajo opinar sobre una pandemia, porque como periodistas, columnistas, editorialistas o influenciadores de cualquiera tipo, no contamos con esos muchos años de formación sobre el tema.

Según López-Gatell, México va adelantado quince días con relación a países europeos que no pudieron implementar las medidas de “sana distancia” a tiempo, y gracias a lo que en nuestro país podría disminuir el impacto del Covid-19.

También podríamos tener de referencia a los representantes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en México Jean Marc Gabastou y Cristian Morales Fuhrimann, quienes aseguraron en una entrevista para El País, que en México se cuenta con los expertos y los insumos necesarios, además de que se han tomado las decisiones correctas en las etapas de avance de la pandemia.

Según Morales, “México está tomando varias de las lecciones aprendidas por otros países, como China, y está aplicando medidas coherentes con las recomendaciones de la OMS; fue el primero en poner a punto una prueba de detección para el coronavirus y eso es premisa básica para disminuir la velocidad de dispersión de la pandemia”.

Y añade: “Esos esfuerzos nos hacen pensar que se siguen haciendo bien las cosas, los 164 son aún importados (de otros países con la epidemia) y las personas con las que estuvieron en contacto han sido estudiadas, eso nos deja tranquilos. Estando aún en el escenario 1 se están aplicando medidas típicas del 2, cuando ya se da transmisión comunitaria. Eso es ir por adelantado. Pongo este ejemplo: en España cerraron las escuelas cuando llevaban más de mil casos y en Italia mas de 2 mil; aquí se han clausurado con cien. Podemos apreciar que hay cosas que se están haciendo correctamente, aunque eso no significa que todo va a salir bien, sabemos que vamos a transitar muy pronto al escenario 2 y que el 3 va a expresarse muy probablemente en las próximas semanas”.

Del otro lado está lo que Umberto Eco llamó “la legión de idiotas”: es decir, un montón de gente que utiliza las redes sociales para opinar y llegar a audiencias tan numerosas, decía el filósofo italiano, a las que podría llegar también un Premio Nobel.

Es entendible que ante una emergencia tan grande como la del coronavirus, todos tengamos alguna opinión o queramos determinar cómo debería actuar el gobierno: que ya cierren las escuelas, que cierren las fronteras, que nadie salga de casa, que no cierren las fronteras, que clausuren todo menos mi negocio porque tengo muchas deudas… Pero precisamente, todos los que no tenemos educación médica hablaremos sólo desde nuestra perspectiva personal y nuestras necesidades.

La “legión de idiotas”, como las llamaba Umberto Eco, somos todos los que a la menor provocación hablamos sin criterio de un tema que no conocemos. ¿No cualquiera puede recetar un antibiótico para aliviar una gripa común, o sí? Entonces, ¿por qué hoy cualquiera piensa que sabe cómo debe actuar un país cuando llega una pandemia de escalas mundiales?

Y peor aún es el papel en esta contingencia de medios de comunicación como Reforma que se dedican a confundir más que a aclarar e informar. Tan sólo el viernes decían que el gobierno quiere monopolizar las pruebas de detección del Covid-19, y ayer el mismo López-Gatell aclaraba que los laboratorios privados sólo deben certificarse para asegurar que pueden hacerla con toda responsabilidad. ¿Suena lógico, no?, ¿qué pasa si surge un falso negativo y una persona se va con coronavirus a su casa, o peor, resulta positivo pero en el laboratorio privado no supieron cómo retenerla o contactar a la gente que estuvo cerca de ella?… No es cualquier cosa.

Yo no sé, nunca he sido gobernante ni menos epidemiólogo, y aunque tengo muchos pensamientos sobre el coronavirus, esta vez prefiero leer o escuchar lo que digan los expertos, y sólo en esta ocasión tratar de no engrosar las filas de la “legión de idiotas”, nomas un poco por enaltecer la memoria de Umberto Eco.

 

Tags:

También te podría interesar