Etíopes abandonan Tigray ante ofensiva del Gobierno; primer ministro asegura que busca mantener el orden

Cientos de etíopes continúan abandonando la región de Tigray luego de que el primer ministro del país, Abiy Ahmed, expresará el inicio de la fase final de las operaciones sobre la región. Asimismo, Ahmed, reafirmó este viernes que su deber es “mantener el orden” en Etiopía al término de una reunión con enviados de la Unión Africana (UA) sobre el conflicto del Tigray, después de haber ordenado al ejército la ofensiva final contra esta región rebelde.

El primer ministro expresó el pasado jueves a los residentes que se queden en sus casas y se desarmen mientras el ejército recibió la orden de entrar en Mekele tras cumplirse el ultimátum a los rebeldes.

En un comunicado oficial, el Gobierno se ha comprometido a proteger a los civiles de cualquier daño durante la fase final, asegurando que se llevarán a cabo todos los esfuerzos para asegurar que la ciudad de Mekele no sea dañada.

El conflicto entre el Gobierno y el Frente para la Liberación Popular de la Región de Tigray deja al menos 30 mil personas desplazadas y se prevé que las cifras aumenten, por lo que la ONU pide con urgencia un corredor humanitario que permita a los civiles evacuar de forma segura.

De acuerdo con la Unicef, dentro de la región de Tigray, el acceso restringido y el actual bloqueo de las comunicaciones han dejado a unos 2,3 millones de niños necesitados de asistencia humanitaria y fuera del alcance de los servicios.

Abiy, que obtuvo el año pasado el premio Nobel de la Paz por un acuerdo con la vecina Eritrea, anunció este jueves la “tercera y última fase” de la campaña contra las autoridades regionales del Frente de Liberación del Pueblo de Tigray (TPLF), que desafían su autoridad desde hace varios meses.

El conflicto, iniciado el 4 de noviembre y que llevó a más de 43 mil etíopes del Tigray a refugiarse en Sudán, ha causado centenares de muertos, pero no existe aún un balance preciso sobre las víctimas de los combates.

La ofensiva final se centra en Mekele, capital del Tigray (norte) donde viven medio millón de personas, que está asediada por las fuerzas federales.

La comunidad internacional, preocupada por la situación de los civiles en Mekele, presiona al primer ministro etíope, pero éste rechaza “cualquier injerencia en los asuntos internos” de su país.

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