La migración es un proceso social histórico, internacional, de larga data, acelerada por problemas climáticos, hambrunas, enfermedades o guerras.
A finales del siglo XIX se registró una gran oleada migratoria de trabajadores europeos hacia América, especialmente hacia Estados Unidos y Argentina.
La historia geográfica de México y Estados Unidos registra más de un siglo de migraciones de México hacia Estados Unidos, sin olvidar que un día, después de la invasión de Estados Unidos y el robo de la mitad de nuestro territorio, centenares, si no es que miles, de mexicanos despertaron en “el otro lado”. Los flujos de personas entre las ciudades fronterizas como Tijuana y Ciudad Juárez fueron constantes y crecientes.
Durante la segunda guerra mundial, Estados Unidos necesito de brazos mexicanos, braceros, para trabajar en el campo y se firmó un acuerdo que duró hasta 1965. La migración se mantuvo fluctuante, de ida y vuelta al tiempo que se desarrolló la industria maquiladora en la frontera con la intención, entre otras, de retener la mano de obra “de este lado”.
La crisis de los ochenta, la década perdida para América Latina, y las guerras insurgentes y contrainsurgentes en Centroamérica, especialmente en Guatemala y El Salvador, empujaron a millones de trabajadores hacia México y en tránsito hacia Estados Unidos. Y la crisis internacional de 2008-2009 volvió a dinamizar el proceso años después. Internacionalmente se registraron 77 millones de migrantes en 1960; más de 100 millones de 1980, 174 millones en el año 2000 y 272 millones en 2019; y, también, históricamente se ha registrado que cerca de la mitad de la población migrante son mujeres.
A partir de la firma del TLCAN también se incrementó la migración mexicana hacia Estados Unidos. En los últimos años se estima que hay cerca de 12 millones de mexicanos que emigraron en las dos últimas décadas. Con la migración vienen las remesas, ingreso fundamental para millones de familias en nuestro país, que pasaron de 5 000 millones de dólares en 1994 a 24 800 en 2l año 2000 y a más de 40 000 el año pasado.
La migración tiene su origen fundamental en la demanda del mercado de trabajo en Estados Unidos. Al mismo tiempo que la política migratoria y antiinmigrante se ha modificado agresivamente contra los migrantes. Obama registró un récord en la expulsión de migrantes y Donald Trump empezó con una política de insultos contra los migrantes mexicanos y paralizó el programa de Obama, conocido como el de los soñadores, los dreamers, los jóvenes que llegaron de niños con sus padres.
Una de las políticas antinmigrantes de Trump fue no sólo devolver a miles de migrantes a las fronteras de México, en particular a los solicitantes de asilo que entraban a Estados Unidos y en ese país esperaban la resolución a su petición, los regresó a México: quédate en México, quédate en México. Y utilizó amenazas para imponer aranceles al aluminio y al acero de México si no se vigilaba la frontera sur de México para contener el flujo migratorio de Centroamérica.
Joe Biden ha declarado querer cambiar la política migratoria en medio de la crisis del régimen político estadounidense que se abrió con Donald Trump que no reconoció del triunfo de Joe Biden. Hoy, un juez de Texas declaró no aceptar la política de Biden de cancelar la política trumpista, y fue respaldado por la Suprema corte, por lo que se volverá a aplicar nuevamente el quédate en México. Hay más de 70 000 solicitantes de asilo desde 2019.
