Fallece la leyenda de la música griega, Míkis Theodorákis. El pueblo heleno llora su partida

El jueves 2 de septiembre falleció a los 96 años de edad, en el hospital de Atenas, el legendario compositor griego Míkis Theodorákis, una de las figuras más representantes del país helénico y considerado por algunos como “el Dios de la música griega”. Theodorákis fue conocido alrededor del mundo por haber musicalizado la película Zorba, el griego, y también por componer las bandas sonoras para algunas de las películas clásicas del cine político como Z y Estado de Sitio del director franco-griego Konstantinos Gavras.

Nacido en el seno de una familia acomodada el 29 de julio de 1925 en Quíos, una isla en el mar Egeo, Míkis Theodorákis comenzó a componer desde muy temprana edad y a los 17 años ya había ofrecido su primer concierto. La historia de Theodorákis estuvo marcada por su compromiso político con la izquierda y con la democracia. En su juventud formó parte del Frente de Liberación Nacional y luchó en la resistencia, su composición El capitán Zacarías, se convirtió en un himno contra la ocupación nazi.

Fue militante del partido comunista griego (KKE), durante este periodo fue deportado a la isla de Makrónisos, torturado y enterrado vivo en dos ocasiones. Luego de su liberación, estudió en el Conservatorio de París. Viajó a Cuba para conocer de cerca la experiencia revolucionaria de la isla y se hizo amigo de Fidel Castro y de Ernesto Che Guevara.

De regreso a su país natal, apoyó al diputado de la Izquierda Unida Democrática (EDA), Grigoris Lambrakis, asesinado en 1963 en Salónica, por grupos de ultraderecha en contubernio con el Estado. Con el ascenso de la Dictadura de los Coroneles, Theodorákis fue encarcelado y torturado nuevamente, posteriormente, fue puesto en arresto domiciliario. Ante la presión internacional, el gobierno de la dictadura decidió dejarlo en libertad y partió a París, donde conoció al premio Nobel de Literatura, Pablo Neruda, para quien musicalizaría el famoso Canto General. Durante el tiempo que gobernó la Junta Militar en Grecia, sus canciones fueron prohibidas, convirtiéndose en verdaderos himnos de resistencia.

El compositor griego continuo con el activismo político, fue parlamentario y ministro, recibió el Premio Lenin de la Paz a principios de la década de los 80 y posteriormente el Premio Musical Unesco.  En año 2010 fundó el movimiento, Spitha (“La chispa”) y durante la crisis de la deuda en Grecia, protestó contra las medidas de austeridad impuestas por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Banco Central Europeo.

Luego del fallecimiento de Theodorákis el pasado jueves, el primer ministro griego Eikaterini Sakellaropoulou, ordenó izar todas las banderas de los edificios públicos a media asta, durante tres días, en señal de luto. A las condolencias se han sumado la ministra griega de Cultura, Lina Mendoni, el partido comunista griego (KKE), el partido Syriza y Nueva Democracia.

Yorgos Archimandritis, autor del libro de entrevistas Míkis Theodorákis por él mismo, ha declarado luego de su muerte:

“Míkis es la historia de la música griega, es la Grecia misma. Es una personalidad que ha atravesado todos los grandes momentos de la historia y que a su vez los marcó. Cambió el panorama musical griego para siempre, usando todos los aromas, todos los colores, todos los sabores de nuestra tradición musical, mezclándolos con música culta. Además, llevó la poesía al alcance de todos, poniendo música a los grandes poetas. Se ha convertido en el símbolo de Grecia. Con la muerte de Míkis Theodorákis, el siglo XX en Grecia llega a su fin”.

En el mismo sentido se ha expresado Cháris Alexíou, cantante griega e intérprete de muchas canciones de Míkis Theodorákis:

“No hay palabras para expresar nuestra tristeza. Para nosotros (los griegos), Míkis Theodorákis es el dios de la música griega. Encarna el país, un siglo de Grecia. Incluso cuando no se trata de música, es una brújula para nosotros. Es un verdadero mito. Inspira a todos. Él es la historia del país. (…) Hasta su último aliento, permaneció como un espíritu libre y comprometido. Este hombre, que estuvo preso, que fue torturado y exiliado, permaneció activo hasta el final. Para el pueblo griego, él era un pilar, un Dios”.

Este martes los restos de Theodorákis fueron llevados a la catedral de Atenas, donde fueron recibido por miles de griegos al grito de ¡inmortal!, ahí permanecerán hasta el jueves para recibir un homenaje popular. El funeral se llevará a cabo el viernes 10 de septiembre, para finalmente ser sepultado en Creta, cumpliendo sus últimos deseos. En Grecia, donde es un verdadero ídolo del pueblo, las canciones de Míkis Theodorákis seguirán siendo entonadas en manifestaciones, conciertos y tabernas.

 

Con información de los diarios Libération, Le Monde, Le Figaro, BBC, El País y La Jornada.

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