Cuanta ira congelada se lee en la última columna de Denise Dresser para EL REFORMA, columna que intitula “Necrofilia neopopulista”. La furibunda columna esta cargada de denuestos y calificativos insidiosos, tal parece que es la característica central de las editoriales que hacen los neoliberales, sorprende la prosa tan elocuente y argumentativa de la politóloga, que deja nada a la imaginación y lanza con puntería sus injurias contra el gobierno de la 4T
Destrucción, depredación, irracionalidad son algunos de los calificativos con los que la politóloga le asigna al gobierno de la Cuarta Transformación y todo esto porque según la Profesora del ITAM, López Obrador les profesa un profundo amor a las ideas muertas del pasado.
La persistencia del presidente por “revivir la dictadura de paradigmas pasados” nos lleva hacía la “morgue del nacionalismo revolucionario” sentencia de nueva cuenta la analista; es imposible no inmutarse ante tales aseveraciones y está por demás seguir arguyendo sobre los descalificativos tan ramplones de quien debería ser ejemplo del buen uso del lenguaje politológico y social además de que menoscaba el uso correcto de la palabra escrita y el léxico político, en este aspecto no hay que olvidar la iniciativa por la que por cierto siempre se ha decantado la también periodista al señalar durante un programa de televisión con Carmen Aristegui, cuando ella misma invitaba a los ponentes y al público a cuidar el léxico propio de la Ciencia Política, entonces, ¿Por qué esa ligereza de usar la terminología propia de la de Ciencia Política? Sin tomar en cuenta su justa dimensión y atributos.
Llamar “dictadura de paradigmas pasados” al gobierno de la Cuarta Transformación, no sólo es un exceso, sino que, ante cualquier análisis serio de politología, de inmediato se desacreditaría el incorrecto uso del concepto de dictadura para los fines que quiere imponer la sra. Dresser, para muestra veamos lo que dice el Diccionario de Ciencia Política de Frank Bealey respecto a este concepto:
Dictadura: Gobierno ejercido por un solo mandatario. Los dictadores se asocian normalmente con la autoridad arbitraria (…)
Bealey Frank, Diccionario de Ciencia Política, Ed. Istmo, Madrid, 2003 p 135.
Bealey describe perfectamente el concepto de dictadura respecto al uso del poder que viene de un solo hombre y su principal característica, la autoridad arbitraria con la que se conduce. Es evidente que AMLO no ni ejerce de manera unilateral el poder ni tampoco se ha conducido bajo la lógica de una autoridad arbitraria, mucho ayudaría sí se quiere poner en el debate político las perspectivas de los grandes problemas nacionales que iniciemos por seguir la recomendación de la Dra. Dresser y usar correctamente los conceptos políticos, para una mayor comprensión de nuestra realidad.
Escandaliza y produce escozor que Denise Dresser vea que la exaltación de la lucha por la independencia que se ha propuesto hacer el gobierno de la Cuarta Transformación, la considere como un acto que “sólo nos llevará a un rezago aun mayor, a una desigualdad aún peor”, púes al intentar encaminar al país sobre “la resurrección de las ideas fundacionales que nos dieron patria”, sólo nos espera lo anteriormente dicho.
La principal crítica y considero “aporte” real de la politóloga es su perspectiva anti – estatista de la propuesta energética de López Obrador que pretende darle más poder a la CFE, no obstante, parece que ese no es el tema real de discusión a reserva de que el satanizado “estatismo” que le corroe hasta la medula a la profesora le de para seguir haciendo apologías a los denuestos; lo que realmente preocupa a Dresser es “colocar por completo” el poder sector energético en Bartlett, aunque se tendría que revisar primero que tanto hay de cierto en esa acusación.
“Se vienen tiempos difíciles” futuriza la analista, después de que se de la aprobación de la reforma energética de la Cuarta Transformación, lastima que Denise no se dio cuenta que al contrario, vamos saliendo de esos tiempos tan difíciles que nos heredó el liberalismo bastardo (neoliberalismo), del cual ella le sigue profesando una filia ciegamente envilecida.
