En los viejos tiempos de los gobiernos priístas, la semana santa ponía a temblar a los poderosos y, en menor medida, a la gente común y corriente, pues se decretaba una devaluación.
Hoy, en este tercer año, 2022, del gobierno más democrático de nuestra historia después del de Lázaro Cárdenas, en estos días previos a los días de guardar, estamos en un tiempo clave del proceso democrático de la 4T cuando se realizará el próximo domingo 10 de abril la consulta popular sobre la revocación de mandato de nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador y en la Cámara de Diputados se decidirá, en estos días, sobre la propuesta constitucional de reforma eléctrica que recupera la rectoría del Estado y la reserva para la nación del estratégico litio.
La guerra judicial que ha estado presente a lo largo del sexenio, que inició con los amparos contra la decisión de AMLO de cancelar la construcción del aeropuerto faraónico, previa consulta popular, y continuó amparo tras amparo contra la reforma eléctrica, mantiene su ofensiva; y hoy la Suprema Corte volverá a dar su sabia opinión al respecto, contradiciendo, probablemente, lo que alguna vez opinó sobre la constitucionalidad de la misma.
Como hemos señalado en diversos programas y foros, la reforma eléctrica es urgente e inaplazable si no queremos vernos en el sufrimiento del pueblo español al que atraviesa la reforma eléctrica impuesta por sus trasnacionales, Iberdrola y compañía, que ha multiplicado en poco tiempo, en tiempos de invierno y de ardiente verano, los precios de la electricidad.
Los diputados de esta legislatura se juegan su lugar en la historia, como defensores de los intereses nacionales o como traidores a la patria. En particular, el PRI, ya tan venido a menos, puede terminar cavando su tumba, como ya lo hizo el PRD, mientras el PAN sigue su proceso de descomposición interna.
Y mientras la añeja clase política encabezada por el INE hace circo, maroma y teatro para desacreditar, minimizar, el ejercicio de democracia participativa impulsado por miles de ciudadanos, la consulta democrática sobre la revocación de mandato avanza y será un paso más en el camino haciendo historia. En el camino estamos y en el camino andamos como lo muestra el último informe de Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) sobre la desaparición forzada de los 43 estudiantes de la normal rural Isidro Burgos de Ayotzinapa.
