A 18 años de la caída de las Torres Gemelas: las víctimas, el miedo, el enemigo en Medio Oriente

A las 8:46 de la mañana del 11 de septiembre de 2001, el mundo cambió de forma radical cuando un avión se estrelló contra una de las Torres Gemelas del World Trade Center de Nueva York. Parecía que la fantasía hollywoodense de los norteamericanos se les convertía en realidad, pues ahora no era una película en la que su seguridad se veía vulnerada, como es costumbre ver en la pantalla grande.

La tragedia arrasó con la vida de más de 2 mil 700 personas, en una mañana que conmocionó al mundo entero, pues la nación más poderosa del mundo, lucía débil, amenazada, el borde de una crisis de seguridad.

Las nubes de humo y el polvo que se apoderaba de las calles ni se había disipado, cuando a las 9:02 de la mañana, otro avión se estrellaba contra la Torre Sur, causando aún más confusión. Gente corriendo, grabaciones caseras, fotografías inundaban la televisión… Las redes sociales aún no estaban ni en pañales.

Se generó un caos hasta que a las 13.04, el presidente Bush declara “alerta máxima” en todas las instalaciones estadounidenses alrededor del mundo y se dirige a la nación a través de los medios de comunicación desde la base aérea Barksdale. Ataques al pentágono también se reportan y los Estados Unidos comienza, desde ese momento, la guerra contra Medio Oriente.

¿Qué podemos reflexionar a 18 años de los atentados? Hubo un nombre, Osama Bin Laden, cabeza de Al Qaeda que según las autoridades estadounidenses, estaría detrás de los ataques. A partir de entonces, Irak, Irán, Afganistán, y en general cualquier referencia al mundo árabe o islámico, han sido el enemigo a vencer para los Estados Unidos. En sus películas, en su cultura popular, ya el turbante es sinónimo de peligro.

En estos años, muchas han sido las teorías que giran en torno a un autoatentado, sobre todo por los cuantiosos recursos que esconden las tierras de Medio Oriente: hidrocarburos, gas natural, así como rutas clave para transportar el petróleo, y qué decir de todo el oro que desapareció cuando cayó Sadam Husein.

Con respecto a estos líderes, como Husein o el propio Bin Laden, el periodista uruguayo, Eduardo Galeano, los llamó “los malos de carrera larga”, esos que un tiempo fueron financiados por los Estados Unidos, pero después, según algunas opiniones, fungieron cómo chicos expiatorios.

Sea cual sea la verdad sobre los hechos del lñamado 9/11, la historia del mundo cambió, así como la de todas las familias que perdieron a un ser querido y quienes sufrieron daños colaterales por los atentados.

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