Kimberly Clark se expone para ser investigada por prácticas monopólicas

Hace unas cuantas semanas y tras una larga lucha de la asociación civil Fundar, se dieron a conocer nombres de empresas, artistas y políticos que fueron beneficiados con la condonación de impuestos en las administraciones de Felipe Calderón y de Enrique Peña Nieto, quienes dejaron de recaudar 745.079 millones de pesos, lo que significa en dólares 37.597 millones de dólares.

La suma en sí misma es escandalosa, pero más escandaloso es que dentro de éstos señalados aparezcan nombres de empresas y empresarios que hoy se han definido de manera clara y contundente contra el gobierno de la cuarta transformación.

Este es el caso de Claudio X González a quien le cancelaron y condonaron 44 millones 415 mil pesos en impuestos; inexplicable situación cuando Kimberly Clark de México es una de las empresas que tiene utilidades permanentes, dado el tipo de productos que fabrica y distribuye a lo largo del país.

También resulta imposible dar credibilidad a personajes que se manifiestan públicamente y mantienen una asociación civil denominada “Mexicanos contra la Corrupción” y en la práctica son parte y beneficiarios de la gran corrupción generada a lo largo de varios sexenios.

¿A qué corrupción se refiere Claudio X? Desde luego no a la que los benefició, de eso mejor ni hablar, pero si se trata de descalificar y de poner piedritas en el camino a un proyecto considerado transformador no solo por los mexicanos, sino también por organismo internacionales como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), hay que apostar para que fracase.

Hoy nos enteramos a través de un desplegado, que la empresa Kimberly Clark cuyo dueño es Claudio X González Laporte, fue víctima de sus propias prácticas en el tema de generación de noticias falsas.

Resulta que ayer el periódico El Economista publicó una nota en la que el director general de la empresa, Pablo González Guajardo, declaró que el corporativo se mantenía a la expectativa debido a que las políticas del gobierno federal no son las que les “gustaría” para invertir en el corto plazo en México.

Según el propio periódico, González Guajardo dijo que Kimberly-Clark de México no realizaría inversiones en México en el corto plazo, debido a la desconfianza que mantiene con algunas decisiones del gobierno de Andrés Manuel López Obrador y a las señales de desaceleración económica en el país.

Viniendo de donde viene la declaración a nadie puede sorprender, cuando justo estos inversionistas han sido los más férreos detractores del Presidente López Obrador.

Hay que decir que víctimas de sus propias estrategias, las redes sociales, especialmente en Twitter, se publicaron llamados a no consumir productos de esta compañía y se cuestionó fuertemente a éstos empresarios beneficiados de anteriores gobiernos; como cuestión de magia vino la aclaración de Kimberly Clark , en un comunicado matutino la empresa señala: “Kimberly Clark de México invertirá 3 mil millones de pesos en 2019”.

Más adelante se indica, que Pablo González Guajardo en la entrevista, suponemos que con El Economista, sólo “se refirió al contexto nacional e internacional, por que se requiere mejorar las condiciones para atraer más inversiones en el corto plazo. No se expresaron juicios particulares sobre políticas específicas”.

¿No será que ante la avalancha de llamados a no consumir productos de esta empresa los accionistas que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores, hicieron un exhorto al presidente de la empresa, para que su negocio no se vea afectado por la animadversión de la familia González por la actual administración?

El capital solo tiene interés económico por lo que desde el punto de vista de los inversionistas la posición política de los González puede poner en riesgo el capital invertido en nuestro país.

Además, como dice el abogado Ramón López Castro, colaborador de A barlovento informa, la empresa está muy expuesta para que el gobierno mexicano revise si está incurriendo en prácticas monopólicas por su porcentaje de penetración y tenencia en el mercado.

Kimberly Clark es un negocio no una plataforma política, por lo que se esta poniendo en riesgo el capital de los inversionistas. Esto explica perfectamente el comunicado de la empresa, en el que se deslinda de la posición política de la familia González, quienes abiertamente y a través de diferentes foros han externado su rechazó a la política del Presidente Andrés Manuel López Obrador.

Sería bueno que en estas circunstancias el gobierno federal revise la ley y sancione a Kimberly Clark si está en el supuesto de prácticas monopólicas. Tomando como base que son los propios González los que están contra la corrupción.

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