El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que no aceptará la propuesta del gobierno de estadounidense de que se involucren inspectores extranjeros en empresas mexicanas, para revisar si están cumpliendo con la Reforma Laboral; misma que fue una de las condicionantes del Congreso de aquel país para la firma del acuerdo comercial de México, Estados Unidos y Canadá, llamado T-MEC.
En conferencia de prensa matutina, el mandatario Federal recordó que envió una carta a la presidenta de la Cámara de representantes de EE. UU., Nancy Pelosi, y a los legisladores que visitaron la Cámara de Diputados encabezados por Henry Cuéllar, a quienes se les hizo el ofrecimiento, y se les cumplió; “aquí está. Otra cosa que están planteando, es que pueda haber una especie de supervisores”, dijo.
La contrapropuesta que hizo el gobierno mexicano fueron paneles con mesas tripartitas, en la que participaría un representante de cada gobierno y una especie de árbitro que diría si se cumplió la normativa.
“Si no se repone el procedimiento en un plazo, estos panelistas que son como jueces, tres, uno propuesto por México, otro propuesto por Estados Unidos y un tercero, ya deciden si realmente hubo la violación o un cumplimiento en materia laboral”, expresó el Ejecutivo mexicano.
Cabe recordar, que en las negociaciones del T-MEC, los congresistas del país vecino del norte condicionaron que para aprobar el acuerdo comercial, México debería aprobar la Reforma Laboral, la cual se promulgó en el mes de mayo, para democratizar a los sindicatos e incluso los diputados federales aprobaron una partida adicional, en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2020 para inyectar recursos a los centros de conciliación y arbitraje en los Estados, pero no fue suficiente para convencer a sus pares norteamericanos.
Ante este panorama, la Iniciativa Privada (IP) estuvo en contra de los nuevos términos del gobierno norteamericano; el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) que encabeza Carlos Salazar a través de un comunicado, indicó que “la soberanía de México, no es negociable”, y que esto, podría ir en detrimento de la competitividad de las empresas del país.
“El gobierno mexicano tendrá nuestro apoyo para generar contrapropuestas y mantener una postura firme en defensa de la competitividad del país“, señaló.
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