Textos y Contextos. Se fue el coronavirus y llegaron las protestas… Hay más incertidumbres que respuestas

Las agendas ya están cambiando y en las pantallas, los portales, los periódicos y las redes sociales, ya no resaltan las notas sobre el coronavirus y las afectaciones que éste causa en la sociedad; parece que junto a mayo, también se fue el Covid-19 y junio será el mes de las protestas.

En México y el mundo, el caso de George Floyd sacudió las conciencias, al grado que en nuestro país, se revivió en la opinión pública la muerte de Giovanni, joven trabajador de la construcción que murió por el abuso policial en el municipio de Ixtlahuacán de los Membrillos, Jalisco, supuestamente por no ponerse cubrebocas.

Por ello, el 4 de junio, la gente salió a las calles de Guadalajara para pedir la renuncia del gobernador en la entidad, Enrique Alfaro; un día después las protestas se presentaron afuera de la Embajada de los Estados Unidos en México, y esto se suma a las protestas que en ciudades como Madrid o Londres se han realizado para manifestarse contra el racismo.

Así, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, ha sido opacado esta última semana por las manifestaciones e incluso por el llamado ‘regreso a la nueva normalidad’. Sí, quien fuera el estandarte de la Cuarta Transformación en la lucha contra el Covid-19, ese al que le echaban piropos, le aventaban flores, le hacían entrevistas y cuya popularidad subía como la espuma, hoy está detrás de los encapuchados, los indignados, la represión y el fuego de las manifestaciones.

Entonces, justo en el momento más álgido de la pandemia, al mapa que la Secretaría de Salud presentaba cada día desde finales de febrero y que hoy todo está en rojo, ya nadie le pone atención. La conferencia de Salud sigue llevándose a cabo diariamente y pero al parecer su importancia, en la opinión pública, ya ha disminuido.

A mediados de abril, el comunicador, Javier Alatorre, dijo en su noticiero nocturno, transmitido por TV Azteca, que las cifras presentadas por López-Gatell eran inconsistentes por lo que no habría que hacerles caso. En redes sociales, el subsecretario ganó el debate y la mayoría de los usuarios reaccionaron a favor de seguir las indicaciones de la Secretaría de Salud. Incluso, hubo llamados para boicotear a la televisora del Ajusco.

Pero hoy, no sé ni como explicar la sensación que causa el soliloquio de epidemiólogos de las siete de la noche, diciendo que el mapa de México está en rojo, que llegamos a un punto crítico de la pandemia, mientras en las calles la gente celebra reuniones, se genera un poco más de tráfico, los indignados salen a manifestarse y por fin, parece, se le perdió el miedo al coronavirus.

Al final tendría que pasar y es muy positivo que ante casos como los de George Floyd o Giovanni López, la ciudadanía exija su legítimo derecho de justicia. Pensando este punto, quizá no tomamos demasiado en serio a lo que se le denomina ‘nueva normalidad’, voy pues también estamos ante un cambio de dinámicas no sólo en el carácter local o de comunidad, sino en el escenario político.

Por poner un ejemplo, en 2006, el pueblo de San Salvador Atenco vivió una terrible represión por parte de las autoridades del Estado de México, gobernado por Enrique Peña Nieto, y por las federales, bajo la administración de Vicente Fox. La falta a los derechos humanos de hombres y mujeres, éstas últimas incluso violadas en el traslado al reclusorio, se investigó durante años y en algunos casos no hubo justicia.

Hoy, la nueva normalidad puso en jaque al gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, y debió liberar a todos los detenidos por las protestas del 4 de junio; también ya están presos dos policías que agredieron a una joven durante la manifestación del 5 de junio en la Ciudad de México, y qué decir de quienes hace una semana, lograron mandar a Donald Trump al bunker de la Casa Blanca, a la cual, por seguridad, debieron bajarle las luces hasta dejarla en penumbras.

El 2020 será recordado por una crisis del sistema político y social, en donde la mayor interrogante es cuáles serán los cambios generados y hacia dónde camina el mundo. Hoy, en pleno ecuador del año, hay más incertidumbres que respuestas.

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