Limitar la discapacidad múltiple, principal reto en atención a las personas con Parkinson

En  el marco del Día Mundial de la Enfermedad del Parkinson, conmemorado el 11 de abril, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE), informó que sus esfuerzos se centran  en el diagnóstico temprano, y en brindar un tratamiento integral a síntomas y complicaciones, además de terapias de rehabilitación; todo ello enfocado a limitar el impacto de la discapacidad funcional múltiple, que puede generar en sus diferentes etapas evolutivas.

El neurocirujano Carlos Castillo Rangel, del Hospital Regional “1° de Octubre”, precisó que el Parkinson es una patología degenerativa, crónica, progresiva e invalidante, que afecta la calidad de vida de las personas, ya que puede generar discapacidad múltiple, motora, mental, y en funciones como el habla y la deglución.

Alrededor de un tercio de los pacientes en fases avanzadas de la enfermedad, pueden tener alteraciones cognoscitivas que afectan su desempeño laboral y posteriormente las actividades de su vida diaria. Por estas razones su tratamiento amerita, además de vigilancia y acompañamiento médico multidisciplinario, el apoyo y solidaridad de la familia y la sociedad.

El padecimiento provoca que las neuronas no produzcan suficiente cantidad de dopamina en el cerebro (sustancia que contribuye al movimiento muscular y la regulación del estado de ánimo); de ahí que los tratamientos farmacológicos estén enfocados a compensar la deficiencia, para reducir el  avance la enfermedad y su impacto, puntualizó el especialista.

Conforme lo amerite, es de suma importancia  proporcionar  terapias de rehabilitación motora, del lenguaje y en caso de requerirlo, apoyo psicológico, que han conseguido prolongar las capacidades funcionales, físicas y mentales de las personas.

Una alternativa, complicada y resistente a los medicamentos, es la cirugía funcional, tanto la invasora, como la basada en estimulación cerebral profunda, de la que el ISSSTE es pionero en proporcionarla a sus derechohabientes, dijo.

Señaló que aunque los signos progresivos de temblor y movilidad involuntaria de manos, brazos y piernas, rigidez muscular en miembros y cara, son los síntomas más conocidos, hay un conjunto de indicios sutiles no motores, como disminución del olfato, estreñimiento o depresión, manifestaciones que suelen asociarse a otras enfermedades.

Sin embargo, recomendó estar alertas ante indicadores específicos temprano , por ejemplo, que al caminar se deje de balancear el brazo del lado afectado por la enfermedad; que tiendan a encorvarse e inclinarse al caminar; sus pasos se acorten gradualmente e incluso tiendan a arrastrar el pie del lado afectado; son signos que progresivamente abarcan ambos lados del cuerpo.

Ante el envejecimiento de la población en México, es muy importante poner atención a las patologías asociadas a edades avanzadas, como es la Enfermedad de Parkinson, y divulgar activamente estos padecimientos entre la población, porque no se puede prevenir. Todo adulto mayor puede estar expuesto a padecerla.

Es crucial informar que existen tratamientos, para que las personas afectadas lleven una vida digna por varios años, con el apoyo de sus familias, concluyó  Carlos Castillo Rangel.

Los padecimientos neurológicas asociados al envejecimiento son la principal causa de discapacidad en el planeta, y entre ellas, la Enfermedad de Parkinson ha registrado el mayor crecimiento a nivel mundial, al pasar de 2.5 millones de personas afectadas en 1990, a 6.1 millones en 2016. El Estudio de Carga Global de las Enfermedades, estima que para para el año 2040 habrá 17 millones de personas con esta afectación.

En México, el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía calcula una prevalencia anual de 50 personas afectadas, por cada 100 mil habitantes, por lo que el ISSSTE ha reforzado sus protocolos de atención y de información a la comunidad.

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