Luego de que la Cámara Electoral de Argentina informara que votó un 81 por ciento del padrón, con los primeros datos oficiales, el candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández, se impondría al actual mandatario Mauricio Macri, para ostentar la presidencia de dicho país sudamericano.
La fórmula kirchnerista, donde Cristina Fernández se encuentra postulada como vicepresidente, estaría registrando el 47,79 por ciento de los votos frente a Macri, quien obtiene el 40,71 por ciento, según el conteo provisorio, y de esta forma los peronista ganaría los comicios en primera vuelta.
Según el sistema electoral argentino, para evitar la segunda vuelta, conocida también como “balotage”, los Fernández deben obtener al menos el 45 por ciento de los votos, o el 40 por ciento y una diferencia superior a los diez puntos con su contrincante más cercano. Por lo pronto, la distancia se amplía lentamente a medida que pasan los minutos.
Sin embargo, se acorta la brecha obtenida en las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 11 de agosto, cuando Fernández logró el 49,49 por ciento del apoyo popular, mientras que Macri obtuvo tan solo el 32,93 por ciento.
De esta forma, y ya con 90 por ciento de actas computadas, la fórmula peronista de los Fernández suma alrededor de 11 millones de votos, mientras que Macri logra 9,4 millones sufragios. De mantenerse una diferencia similar, el actual mandatario vería frustrada su intención de lograr la reelección tras su primer mandato, uno muy criticado por las políticas neoliberales que ha impuesto en su país, por las cuales la sociedad argentina ha sufrido difíciles consecuencias económicas, como la subida del dólar a casi sesenta pesos y las constantes subidas de las tarifas en los servicios básicos.
