El titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), Santiago Nieto Castillo, señaló que tienen en la mira a empresas que se hayan creado bajo esquemas fraudulentos de contratación y operación, es decir, “empresas fachada” cuyo fin sea defraudar al Sistema de Administración Tributaria (SAT).
En rueda de prensa desde Palacio Nacional y sin dar más detalles en respeto al debido proceso, Nieto Castillo ejemplificó algunos de los casos que ha encontrado la UIF tras el inicio de las investigaciones; mencionó el de una persona que aparecía como fundador de al menos 468 empresas que declaraban en cero.
Aunque omitió el nombre, Nieto Castillo precisó que se trata de empresas dedicadas a la administración de empleados y otras que fungen como consultorías, las cuales presentaron esquemas fraudulentos para defraudar al SAT como haber sido creadas por testaferros, informar pérdidas fiscales de manera injustificada, no presentar declaraciones fiscales y triangular recursos.
El funcionario explicó que han detectado tres modelos de evasión ligados al outsourcing (subcontratación ilegal): la constitución de empresas fachada (como la “estafa maestra”, apuntó); la facturación de operaciones simuladas; y el outsourcing ilegal.
En ese sentido, informó que ya se presentaron 51 denuncias y que 31 de ellas fueron contra empresas fachada, 15 por facturación de operaciones simuladas y cinco contra el outsourcing ilegal.
Ademá dijo que a partir de la cooperación con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) se logró hacer un modelo global para buscar información en las bases de datos de la UIF. Gracias a esto se localizó mil 854 empresas relacionadas con esta práctica. De estas, sólo mil 86 tenían información financiera y a partir de ahí se identificaron siete objetivos que destacaron en el Modelo Global de Sujetos creado para la indagatoria.
En el primer caso, del fundador de las más de 400 empresas, precisó que además destacó por tener participación accionaria en otras 10 empresas sin haber realizado declaraciones fiscales.
En el segundo caso, se refirió a una persona vinculada a cuatro empresas. Por la primera realizó una declaración fiscal de 688 millones de pesos, deduciendo la totalidad del valor de la empresa y declarándose con pérdidas fiscales. Según Nieto Castillo, esto mostró indicadores de triangulación y simulación de recursos.
Con el tercer caso abordó que una empresa, que tuvo operaciones entre 2017 y 2019, facturó mil 41 millones de pesos, con gastos por 788 millones de pesos, con lo que mostró una discrepancia y el posible uso de prestanombres, dijo el titular de la UIF.
En el cuarto caso, de 2017 a 2019, facturó 486 millones de pesos, por los que declaró 403 millones de pesos y se trata de una de las empresas dedicadas a la administración de empleados.
El caso cinco está relacionado con la recepción de 98 millones de pesos en 2018, con el retiro de 99 millones, más cheques de 35 millones y fiscalmente reportó ingresos por mil 589 millones de pesos y en promedio, dos mil empleados, por lo que se podría tratar de un caso de defraudación fiscal.
El sexto caso es sobre una empresa que mostró ingresos anuales por cinco mil 406 millones de pesos y tuvo pérdidas fiscales en todos los ejercicios y se libró de pagar impuestos impuestos. Además, cuenta con siete mil empleados que son “movidos” sistemáticamente por el grupo empresarial y recibe transferencias por más de cinco mil 455 personas y que otorgan mil 320 millones de pesos.
El caso siete, de 2014 a 2018, se trata de una empresa que realizó declaraciones anuales por mil 679 millones de pesos y, como en el caso anterior, en todos los ejercicios ha presentado pérdidas fiscales y no ha pagado impuestos.
